Como deporte, el ajedrez contribuye a la felicidad de niños, jóvenes y ancianos. El poeta Walt Whitman en Hojas de hierba dice: “La efusión del alma es la felicidad, he aquí la felicidad/, creo que flota en el aire, en constante espera/, fluye hacia nosotros…” Y luego agrega: “Juventud amplia, vigorosa, tierna/ juventud llena de gracia, fuerza, fascinación/, ¿Sabes que la ancianidad puede venir en pos de ti con igual gracia, fuerza y fascinación?”.
Como juego de ideas, el ajedrez ayuda a conocerse a sí mismo y a descubrir los secretos más ocultos de la psique, ya sea en las alegrías de la victoria o en las amarguras de la derrota. Como en la vida, ser feliz ante el tablero no estriba tanto en la ausencia de retos, sino en el conocimiento de sí para superarlos. Acaso por eso el poeta Pablo Neruda aseveró: “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.
PARTIDA
Por los senderos de una defensa siciliana, las negras conducen sus caballos hacia el bunker del monarca adversario y lo doblegan.
Blancas: Andre Diamant
Negras: Alexander Fier
Sao Pablo, Brasil, 2006. Defensa siciliana.
1.e4 c5 2.Cf3 Cc6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 e5 5.Cb5 d6 6.c4 Ae7 7.Ad3 Ae6 8.C1c3 a6 9.Ca3 Ag5 10.0–0 h6 11.Tb1 Cf6 12.b4 Axc1 13.Dxc1 0–0 14.Td1 Tc8 15.h3 Cd4 16.Dd2 Axh3 17.Af1 Ag4 18.Tdc1 Ch5 19.De3 Cf4 (Diagrama. Letal carga de la caballería negra) 20.f3 Axf3 21.gxf3 Dg5+ 22.Rh1 Dh4+ 23.Rg1 Dg3+ 24.Rh1 Cxf3, rinden blancas. 0-1.