El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado varias veces su intención de poner a los cárteles mexicanos en la lista de organizaciones terroristas (Foreign Terrorist Organizations, FTOs). La última vez que hizo tal señalamiento fue apenas en diciembre pasado.
El próximo martes, una vez que sea presidente en funciones, veremos si regresa con el tema. Es probable, pero el que los cárteles mexicanos y sus capos estén en la lista de FTOs no es un proceso en automático, ni exclusivo del presidente.
Los pasos para nombrar a cualquier FTO implican una propuesta del secretario de Estado (que será Marco Rubio), en acuerdo con quienes serán la fiscal general (Pamela Bondi) y el secretario del Tesoro (Scott Bessent). El Congreso de EU es notificado y tiene siete días para impugnar la medida. De no hacerlo, las designaciones de FTOs entran en vigor y son publicadas en el Federal Register.
Desde 1999, cuando se nombró a la primera FTO —el Frente Democrático por la Liberación de Palestina—, hasta las más recientes en 2021, el común denominador es que las organizaciones designadas han estado en guerra con sus respectivos gobiernos. Ahí están los casos del Estado Islámico, Al Qaeda, o Boko Haram, los cuales difieren de lo que sucede en México.
El único precedente de nombrar una organización terrorista dentro de un Estado, y sin que estén en guerra interna, es el de la Guardia Revolucionaria Islámica. Así, lo que sucedería en México, de nombrarse a los cárteles de la droga como FTOs, es que nos pondría en una situación similar a la que existe con Irán.
No sólo podría haber acciones militares extranjeras contra las FTOs en nuestro país; quizá lo más delicado es el impacto que se tendría en la economía mexicana. La aplicación de este tipo de leyes impacta dos puntos: 1) prohíbe que cualquier persona en EU o sujeta a su jurisdicción dé “apoyo material o recursos” a las FTOs. Esto incluye la prohibición de darles “servicios financieros o instrumentos monetarios”; y, 2) cualquier “institución financiera vinculada con EU que conozca estar en posesión o controlar dinero” de una FTO o de sus “agentes” debe embargar esos recursos y reportarlos a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro.
Así, las personas o empresas identificadas como pagadores de derecho de piso a cualquier cártel de la droga podrían estar sujetas a que sus recursos sean embargados en México o en el extranjero. Nadie acepta hacer esos pagos, pero si alguna lista se revelara, habría problemas mayores.
Quizá el punto más sensible es que para todos es sabido que los cárteles utilizan a la banca para mover y lavar su dinero. Cualquier institución financiera mexicana que tenga cuentas de empresas vinculadas con el narco deberá embargar ese dinero. Esto incluye hasta a las plataformas de pagos de persona a persona (P2P). Si no lo hacen, serán sujetas a multas millonarias y/o a la prohibición de acceder al sistema financiero internacional, controlado por EU, lo que aislaría y arruinaría a cualquiera.
Lo anterior es el punto más riesgoso para México, pues se ha reportado que una parte de las remesas que se envían desde EU es recibida por gente vinculada a los cárteles. Los bancos que entreguen este dinero podrían ser sancionados. Además, los bancos que tengan depósitos de personas o cuentas vinculadas con los cárteles están en el mismo riesgo.
Si Trump designa a los cárteles de México como FTOs, las instituciones financieras deberán asegurar que no ayudan al narco, y para eso deben saber quiénes son sus clientes y a quién le entregan dinero. Esto va a provocar una revisión generalizada de quienes tienen cuentas activas en la banca mexicana. Ante el riesgo de no poder revisar cientos de miles de cuentas establecidas, es posible que muchos bancos cancelen cuentas, desmantelen la banca directa al público o, de plano, abandonen por completo el país.
Restricciones tan amplias a países enteros sólo se han aplicado a Irán y, en alguna medida, a Rusia, tras su invasión a Ucrania. En una semana podríamos estar en una situación similar. Ya hay preocupación en la banca mexicana. Ojalá tengan claras allá las consecuencias de dicha medida unilateral, y aquí la certeza de que se tiene que hacer algo contra los cárteles y sus aliados.
X: @JTejado