El fin de semana, y luego de casi cinco días, en el Congreso de la Unión se discutió el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2022, en un ambiente sin precedente en la Cámara de Diputados. Si de por sí ya habían pasado actos deplorables en San Lázaro , a todos sorprendió la cerrazón y el nivel tan agresivo de debate en la discusión.
Desde el PAN tildaron al subsecretario Hugo López-Gatell de “Doctor Muerte”, asesino, genocida, miserable, infeliz y cretino, y a las diputadas de Morena de “señoras aborteras”. Se disfrazaron de beisbolistas para criticar a la 4T y los del PRI llevaron pancartas con el logo de Morena con la letra O como una calavera.
Desde Morena chantajearon a la oposición con que sus municipios y estados sólo verían dinero bajo su gobierno si aprobaban la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador. También les dijeron a las diputadas panistas que eran “putas, brujas y aborteras” que buscaban dinero de manera corrupta. A una diputada del PRD , desde el bloque oficialista, le pusieron un pizarrón con la palabra “culera”. A otras diputadas del PAN les pasearon figuras de la Santa Muerte, lo que se denunció como un trabajo de brujería.
En el colmo de la burla contra la oposición, los de Morena detuvieron la sesión casi en el primer minuto del sábado para cantarle las mañanitas al Presidente —transmitidas en el Canal del Congreso — para luego hacer en el Pleno una fiesta Covid: el diputado Antonio Pérez Garibay, padre de Sergio “Checo” Pérez, llevó un pastel con una efigie del Presidente, mismo que se rolaban los diputados de la 4T para darle mordiscos.
Todo esto mientras se discutían mil 994 reservas al PEF . Hasta Morena inscribió reservas, pero sólo para subir a la tribuna. Ya con el micrófono en mano, agredían a la oposición para inmediatamente después desistirse. Una vez aprobado el PEF tal y como lo mandó el Ejecutivo federal, los de la bancada de Morena tronaron piñatas en el recinto legislativo como celebración.
Nunca nadie había visto 100 horas con un nivel tan bajo de debate en el Congreso. Al final de éstas, el AMLO celebró la aprobación y cerró con un mensaje a sus legisladores: “a dormir con la conciencia tranquila, feliz domingo”, con lo que abiertamente convalidó la violencia de los suyos.
Fue un presupuesto en donde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no participó en su etapa final, todo se veía en la Secretaría de Gobernación, donde las directrices son obviamente más políticas que técnicas. Salió un PEF castigando a las entidades que gobierna la oposición, premiando proyectos de la 4T y reduciendo recursos a instituciones autónomas que no se han plegado: el INE y el Poder Judicial federal.
Si a esto se agrega que en los principales cargos de Hacienda se está nombrado a personas sin oficio técnico, como es el caso de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, o la Unidad de Inteligencia Financiera, se deja ver que en los siguientes tres años se privilegiarán criterios políticos y, en general, existirá una narrativa polarizante. Nadie buscará la construcción de acuerdos y se buscará la destrucción de quienes no piensen como ellos, utilizando recursos y espacios públicos.
Así, mientras los mexicanos estaban de “puente”, alejados de lo que pasaba en el Congreso, en éste se daba el peor espectáculo que la clase política haya dado en México. Claramente, lo vivido no fue una puesta en escena. Es lo que piensan la mayoría de nuestros legisladores y el gobierno federal.
Se vienen tres años de intensa polarización. Lo ocurrido el fin de semana es una probadita de lo que la clase política nos tiene preparado. México entero estará secuestrado por funcionarios que sólo piensan en lo electoral. Bienvenidos a la nueva realidad . Preocupante.