En la mañanera del viernes pasado, su conferencia de prensa número mil 10, el presidente Andrés Manuel López Obrador cedió el atril y el micrófono al periodista deportivo Amir Ibrahim. Fue la primera vez que el Presidente cedió la comunicación a un periodista desde Palacio Nacional. El periodista hizo una serie de acusaciones a varios equipos y directivos del futbol mexicano. Al final de su intervención, pidió que el gobierno instaure un ente regulador para supervisar y ordenar el futbol en México . En ese momento, todos los equipos de futbol en México y varios gobernadores aguantaron la respiración, esto no tanto por los dichos del periodista, sino a la espera de ver si el Presidente avalaría un ente gubernamental para regular el futbol en este país.

Y es que, a mediados de este año, el presidente de India, Narendra Modi —el más popular del mundo, según AMLO— decidió meter mano en la Federación India de Futbol (AIFF) y estableció nuevas reglas deportivas: una nueva ley, un código nacional deportivo (para atender quejas sobre las gestiones deficientes en los cuerpos deportivos) y designó a un comité regulador, para el futbol indio, de tres miembros. La reacción de la FIFA no se hizo esperar y el 15 de agosto rompió relaciones con el gobierno de India y suspendió en aquel país la Copa Mundial Femenina de Futbol, el Mundial de los equipos de mujeres, que se jugaría del 11 al 30 de octubre de este año.

Hasta que India no echó para atrás todas las reglas que el gobierno impuso al futbol en ese país fue que la FIFA regresó el Mundial femenil . La disputa entre el presidente más popular del mundo duró del 15 al 26 de agosto, apenas 11 días, pues, para que India rectificara. Y es que, por estatutos de la FIFA, esta se ha convertido en una entidad supranacional que se mueve con sus propias reglas y no acepta intervenciones estatales. Puede que tenga razón al ser imposible buscar consenso, o reglas comunes, entre todos los países miembros, al haber 211 delegaciones afiliadas al organismo, aunque también hay quienes piden que la FIFA se adhiera a reglas oficiales, sobre todo a raíz de casos de corrupción que han salido recientemente. Como sea, la realidad es que la disputa entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y el presidente de India duró poco más de una semana, y ganó la FIFA.

Regresando a México, cuando el periodista, quien seguramente no tenía el contexto de lo acontecido en India, acabó su presentación, siguió al micrófono el subsecretario de Seguridad Federal, Ricardo Mejía , quien habló de lo mucho que han logrado juntos la FMF, la LigaMX y el gobierno federal al trabajar juntos: mayor seguridad en los estadios, más asistencia del público, convenios para evitar el lavado de dinero y el impago de impuestos, la implementación —el año entrante— del FAN ID y, desde luego, la preparación para el Mundial de 2026.

Finalmente, fue el turno del Presidente y pasó a otros temas. No le dio eco a lo dicho por el periodista. De haber caído en la tentación de regular el futbol muchas ciudades de Estados Unidos que no lograron ser sedes mundialistas en 2026 nos habrían grillado ante la FIFA para intentar tumbar nuestras tres sedes mundialistas: la CDMX, Guadalajara y Monterrey .

Afortunadamente, el Presidente tuvo buenos instintos, o alguien le había dicho lo que pasó entre la FIFA e India, y las repercusiones para México de reeditar ese camino de la injerencia gubernamental.

Así que, si bien salvamos un conflicto con la FIFA, ojalá los directivos del futbol mexicano tomen decisiones para mejorar nuestro futbol y, desde luego, asegurar un Mundial único dentro de cuatro años. Por lo pronto, a finales de enero sesionará el máximo organismo del futbol en México. Veamos qué propuestas avanzan, pues la afición tricolor merece algo mejor.

Twitter: @JTejado
 

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