En los últimos días se ha cuestionado la decisión de Movimiento Ciudadano de no ir en alianza con otros partidos en la elección federal de 2021, específicamente la decisión de no formar parte del bloque PAN-PRI-PRD.
Hago eco del trabajo del senador Clemente Castañeda Hoeflich y de Jorge Álvarez Maynez, coordinador y secretario general de acuerdos de la Comisión Operativa Nacional de MC, respectivamente, para reproducir desde mi perspectiva tres de sus estructuradas argumentaciones al respecto.
Los números. Alguien no hizo bien las cuentas en la conjunción de partidos que es rechazada por dos de cada tres mexicanos, según estudios recientes. O se le apuesta a la suma automática de votos por parte de los militantes de cada partido, lo cual en los hechos no sucede.
Quienes hacemos trabajo electoral de campo sabemos que la carga de identidad del voto duro en los partidos tradicionales es muy grande. Es un rasgo de cultura política que ahí está. Sumar votos de militantes de partidos antagónicos no es mezclar ingredientes de cocina. Simplemente no ocurre.
El Presidente en la boleta. La alianza opositora parece el sueño ideal del presidente Andrés Manuel López Obrador. Le puso nombre desde hace mucho tiempo, profetizó que se unirían en su contra, hasta que lo logró. Ya tiene el discurso de campaña y tiene el atril mañanero para condenar a los “conservadores” frente a su proyecto “liberal”.
Costó mucho esfuerzo resistir el embate del régimen actual para evitar que el presidente se hiciera presente en la boleta electoral. Ahora ya está, con su discurso de “se aliaron contra mí”.
¿Oposición? Una de las bases del bloque PAN-PRI-PRD fue hacer a un lado las ideologías para hacerse fuertes juntos como oposición unida en contra del régimen. Pero en los hechos le han hecho el caldo gordo a las acciones más cuestionadas del mismo régimen que dicen combatir, como la prisión preventiva oficiosa o la monolítica reforma judicial.
No es posible hablar de oposición futura cuando no hay oposición presente. Y tampoco puede haber alianzas electorales de oposición cuando hay quienes antes de actuar tocan base en Palacio Nacional.
En 2021 las y los mexicanos nos jugamos el futuro, es cierto. En cada comunidad de nuestro país hay ciudadanos conscientes de la realidad y del actuar soberbio y autócrata del régimen lopezobradorista. Es a esos hombres y a esas mujeres con las que se ha de construir una alianza para defender las más preciadas libertades, conquistadas a lo largo de la historia nacional, a sangre y fuego.
Nadie ha dicho que la tarea será fácil. En cada rincón del territorio, las huestes morenistas disfrazadas de servidores de la nación van repartiendo dádivas con el mensaje partidista a flor de labio, ensalzando las virtudes del presidente que regala dinero a diestra y siniestra, en la primera de las acciones del manual populista.
Pero frente al descarado uso del erario para el proselitismo político, que rebasa con mucho lo realizado en este aspecto por regímenes anteriores, está la conciencia de las y los ciudadanos. Y está la realidad.
Están los miles de desatendidos por un aparato de salud con cada vez mayores carencias en plena pandemia. Están los niños con cáncer y sus padres, en pie de lucha por los medicamentos que el gobierno les niega. Están las madres abandonadas a su suerte por el cierre de guarderías. Están las víctimas de la violencia feminicida...
Están México y sus ciudadanas y ciudadanos. Con ellos es nuestra alianza.
Exgobernadora de Yucatán. Coordinadora Nacional para el Empoderamiento Ciudadano del partido Movimiento Ciudadano.