Considerando el actual contexto de nuestro país, México se encuentra en un momento crucial de transformación política y económica, marcado por una serie de desafíos y oportunidades. El gobierno actual ha impulsado una agenda de cambio que ha generado debates y polarización en la sociedad, entre cuyos principales factores destacan:
Nacionalismo: El gobierno ha enfatizado un discurso nacionalista y populista, buscando fortalecer la soberanía nacional y reducir la dependencia de factores externos.
Reformas estructurales: Se han impulsado reformas en diversos sectores, como la judicial y energética, con el objetivo de transformar el modelo económico y social del país.
Relaciones internacionales: La política exterior mexicana ha experimentado cambios, con un enfoque en la no intervención y la búsqueda de mayor autonomía en la toma de decisiones.
Seguridad: La violencia y el crimen organizado continúan siendo problemas graves que afectan la seguridad de los ciudadanos, la estabilidad del país y la inversión de nuevos capitales.
Crecimiento económico: La economía mexicana ha mostrado signos de recuperación tras la pandemia, aunque a un ritmo más lento de lo esperado.
Inflación: La inflación se ha mantenido relativamente controlada, pero representa un desafío para el poder adquisitivo de las familias.
Desigualdad: La desigualdad económica persiste como uno de los principales problemas del país, afectando el desarrollo y la cohesión social.
Dependencia del sector externo: La economía mexicana sigue siendo vulnerable a las fluctuaciones de la economía global y a los nuevos desafíos en las políticas comerciales, principalmente del próximo gobierno de los Estados Unidos.
Ahora bien, el país enfrenta desafíos y tiene un panorama de oportunidades, como son:
Gobernanza: Fortalecer las instituciones democráticas y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas son desafíos fundamentales, aún, habiéndose eliminado organismos autónomos.
Desarrollo económico: Diversificar la economía, promover la inversión y generar empleos de calidad son prioridades para impulsar el crecimiento sostenible.
Seguridad: Combatir el crimen organizado y garantizar el Estado de Derecho son tareas urgentes para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos e invitar a la inversión productiva.
Inequidad: Reducir la desigualdad y promover la inclusión social son clave para construir un país más justo y equitativo.
El futuro de México conducido por su nueva administración dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para abordar los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades que se presentan. La estabilidad política, el crecimiento económico inclusivo y la mejora de las condiciones de vida de la población serán factores determinantes en los próximos años.
Hoy más que nunca, será importante entender las tendencias políticas globales y sus intereses y tener la capacidad de negociación para evitar confrontaciones estériles que conlleven a consecuencias negativas a nuestra economía y, por tanto, a la calidad de vida de la población.
Diputada en la LXV Legislatura