En México, la principal causa de muerte en hombres de 15 a 44 años son los homicidios. Esto no es normal. En otros países, son las enfermedades crónicas o los accidentes la principal causa de muerte para varones de este grupo de edad. Además, la impunidad acumulada en homicidios dolosos en el país es de 92.8% (fuente: Impunidad Cero, 2022). Que nos hayamos acostumbrado a vivir en un país en el que los jóvenes principalmente mueren por ser asesinados y que no haya ninguna consecuencia legal ante esto, refleja un entumecimiento institucional y social profundos. Casos como la tragedia ocurrida en Lagos de Moreno esta semana nos recuerdan no sólo la grave crisis de violencia por la que atravesamos desde hace sexenios, sino la manera en que la crisis de homicidios dolosos en el país se ha visto acompañada por la peor indolencia e impunidad institucional desde hace años.
Modus operandi: de víctimas a victimarios
Para empezar a entender lo ocurrido esta semana respecto a la desaparición y posible asesinato y tortura de los 5 jóvenes en Lagos de Moreno, recomiendo leer las investigaciones periodísticas de Marcela Turati sobre la muerte de jóvenes a manos de los Zetas en 2011 en San Fernando Tamaulipas, así como la investigación de Alejandra Guillén y Diego Petersen sobre la forma de reclutamiento del Cartel Jalisco Nueva Generación en los altos de Jalisco de 2019. Estas investigaciones revelan la forma de operación de dos cárteles a través de la cual se recluta de forma engañosa a jóvenes para trabajos de seguridad interna, sólo para después ser esclavizados o asesinados. En estas investigaciones se menciona la forma en que los grupos del crimen organizado recurren a jóvenes en situaciones económicas precarias para desaparecerlos, asesinarlos, entrenarlos y explotarlos. Este esquema que ha sido investigado por las autoridades sigue en operación actualmente, lo cual nos habla de una ineficiente estrategia de seguridad y de justicia para alertar a la población sobre esta forma de operar y para investigar y sancionar a los grupos responsables.
El círculo vicioso de la impunidad
Una de las cosas que más resalta de la comunicación oficial de los últimos días es la asignación de culpas ajenas por parte del ejecutivo federal y el estatal respecto a lo ocurrido. El tema de la competencia para investigar y atraer una investigación de homicidios dolosos por parte del crimen organizado es una de las principales causas de impunidad en el tema. Otra de las causantes de impunidad en estos casos son las líneas de investigación que se inician y se judicializan. En lugar de investigar las redes de macro criminalidad que permiten estos delitos, usualmente las líneas de investigación responsabilizan a los sicarios y jóvenes reclutados y obligados a ejecutar estos delitos. Las autoridades que encubren la operación de estos grupos, o los responsables de la administración de estos centros de reclutamiento forzado difícilmente son investigados y enjuiciados.
El círculo vicioso de impunidad en estos casos es aterrador. Si las autoridades siguen investigando y sancionando tan sólo a los jóvenes reclutados y forzados a cometer estos crímenes, jamás saldremos de la narrativa creada por el gobierno y los grupos del crimen organizado que borran las líneas entre víctimas y victimarios.