El combate a la corrupción fue una de las promesas centrales del gobierno de AMLO. Por eso, a unos días de que acabe el actual sexenio, conviene hacer un recuento sobre los principales temas y políticas anticorrupción durante la actual administración, así como la agenda pendiente para el próximo gobierno.
El debilitamiento del Sistema Nacional Anticorrupción
Uno de los grandes pendientes en temas anticorrupción es el debilitamiento que se ha dado en este sexenio al Sistema Nacional Anticorrupción. Desde la falta de mención a la existencia de este sistema hasta la falta de inclusión de sus integrantes en la agenda anticorrupción, el debilitamiento del SNA retrata la falta de continuidad en la principal política anticorrupción transexenal que más prometía en temas de coordinación para la prevención, investigación y sanción.
Los casos paradigmáticos de corrupción del sexenio
El actual gobierno abanderó la lucha contra la impunidad abriendo carpetas de investigación y realizando detenciones relacionadas con el caso Odebrecht y la Estafa Maestra. Derivado de esto se detuvo y otorgó prisión preventiva a Emilio Lozoya y Rosario Robles, por mencionar a algunos actores involucrados. Sin embargo, al final del sexenio ambos casos continúan en impunidad sin lograr sentencias condenatorias para altos mandos involucrados en estos casos o la recuperación del total del dinero desviado. Por otro lado, una de las pocas sentencias que se habían logrado respecto a la Estafa Maestra fue anulada este año.
Menor detección de empresas fantasma
Una de las políticas anticorrupción que permiten analizar y medir la estrategia anticorrupción de este gobierno, tiene que ver con la identificación y sanción de empresas fantasma por parte del SAT. Este mecanismo de prevención e investigación de posibles casos de corrupción y lavado de dinero decayó drásticamente en el actual gobierno, reduciéndose un 98% desde 2018.
Segalmex ¿fue el único caso?
Continuamente se hizo referencia a que Segalmex era el único caso de corrupción en la actual administración. Sin embargo, varias investigaciones, como la de “Facturas falsas, la epidemia del sector salud” dieron cuenta de otros casos de corrupción en el sexenio, como la relacionada con el uso de una de las empresas fantasma favoritas de Birmex, la paraestatal a la que se le encargó la distribución y compra de medicamentos: Interacción Biomédica. Esta empresa fantasma ha seguido facturando en la actual administración como lo demuestra la investigación el “Clan Biomédica”.
Retroceso en transparencia
Otra de las políticas públicas que señalan el compromiso con agendas anticorrupción tiene que ver con la calidad de datos de contrataciones públicas. Respecto a este punto se puede apreciar que la calidad de información disponible en Compranet ha sufrido un gran deterioro. La falta de identificación del tipo de compra y el aumento en el número de otras contrataciones son parte de este problema.
Desaparecer programas y proyectos para eliminar la corrupción
En este sexenio el diagnóstico de combate a la corrupción fue utilizado múltiples veces para desaparecer programas de gobierno, políticas públicas y proyectos. Este fue el caso del AICM, los fideicomisos públicos, las compras consolidadas de medicamentos y el Seguro Popular, por nombrar algunos. Sin embargo, estas decisiones no se vieron acompañadas de investigaciones que dieran con los responsables de los presuntos hechos de corrupción. Al final si hubo corrupción no se pudo comprobar, tampoco hubo justicia ni reparación del daño al erario, lo que sí hubo fue un gran gasto de dinero público por improvisar nuevos programas, como lo que ocurrió con la compra de medicamentos, que sigue sin regularizarse.
¿Qué sigue?
Al final de este gobierno continuamos con un gran énfasis en el discurso público y gubernamental respecto al combate a la corrupción lo cual es algo positivo, sin embargo, las acciones que se han implementado en el actual sexenio demuestran un uso meramente retórico del tema, así como un enorme retroceso institucional respecto a las políticas anticorrupción. Analizando la propuesta del plan anticorrupción del nuevo gobierno se puede percibir una diferencia respecto a lo que se vio en este gobierno. Sin embargo, se tendrá que esperar a los primeros meses de gobierno para ver si la agenda anticorrupción deja de ser un discurso político y pasa a ser política pública.
Especialista en temas de justicia, anticorrupción y tecnología cívica
@itelloarista
