Dentro de las últimas medidas de preponderancia que resolvió el Instituto Federal de Telecomunicaciones, es la relativa a la separación funcional de Telmex, lo que significa la creación de otra empresa y la transferencia de todos los activos y personal relacionado con servicios mayoristas, que comprenden la última milla, de tal suerte que la empresa minorista reciba exactamente el mismo trato que los competidores al utilizar la infraestructura de la nueva corporación. Como le decía en mi columna publicada en este mismo diario el 9 de septiembre del año pasado, la resolución de la separación funcional comprendía la transferencia de alrededor de 28 mil trabajadores sindicalizados (la mitad en activo y la mitad jubilados), pero el escenario cambió.
Originalmente, Telmex había propuesto la sustitución patronal para todos los trabajadores transferidos tal y como exigía la resolución; sin embargo, el IFT ya dio su visto bueno al nuevo formato de traspaso de trabajadores también propuesto por Telmex, que será de dos maneras: los trabajadores sindicalizados que llevan a cabo funciones relacionadas a los servicios de las empresas mayoristas nuevas, entrarán en el esquema de prestación de servicios, es decir, seguirán perteneciendo a Telmex, mientras que los trabajadores de confianza sí entrarán al esquema de sustitución patronal en el que la nueva empresa será el nuevo patrón. Todo esto tiene la fecha límite del 31 de enero.
Pero no todos están felices con esta determinación. Hemos escuchado algunas voces, como la de la Canieti (Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información), que han expresado su inconformidad con este esquema debido a que uno de los objetivos de la separación funcional consiste en la total independencia de los trabajadores para que no haya conflicto de interés y que provean los servicios mayoristas de igual forma a Telmex minorista que a los otros competidores, la Canieti considera que, con este esquema, al no haber sustitución patronal, no se logra romper por completo el conflicto de intereses entre las empresas.
Pero más importante aún son los trabajadores, que aún no cuentan con toda la información sobre las implicaciones que tendrá esto en su bolsillo. Pareciera que el hecho de que no haya transferencia de pasivos laborales a las nuevas empresas mayoristas disminuiría su preocupación, pero no, la cuestión es que la empresa se está literalmente asfixiando con el pasivo laboral proveniente del agresivo paquete de jubilaciones que tiene en su contrato colectivo, con lo que ha puesto en la mesa la posibilidad de que la propia Telmex les “compre” un pedazo de sus derechos de jubilación con acciones para capitalizar a la empresa. Imagínese, por cada trabajador activo hay un jubilado.
Ahora bien, en todo este asunto aún hay muchas dudas: ¿cómo se tasarán los servicios que preste el personal de Telmex minorista a la empresa mayorista, cuánto le cobrarán, será una tarifa que también regulará el IFT? Telmex se quedará con todo el pasivo laboral, pero se transfieren los activos más importantes a la mayorista.
La situación de Telmex es crítica, no se ve la salida, traspasarle el pasivo laboral a la mayorista es hacerla nacer muerta, pero dejarle a la minorista toda la carga es matarla. Por lo pronto los trabajadores requieren mayor claridad de lo que está pasando, más allá de los acuerdos de cúpula. Y a todo esto, ¿realmente servirá de algo al mercado una separación funcional como ésta? Yo tengo mis dudas. Mi preocupación principal son los trabajadores cuyos intereses están comprometiéndose en todo esto que parece más simulación que realidad.
En la sobremesa
El examen para comisionada. El viernes pasado, el Comité de Evaluación dio a conocer que 32 mujeres podrán hacer el examen para comisionada: 16 sólo para el Instituto Federal de Telecomunicaciones (nueve abogadas, tres economistas y cuatro ingenieras), siete para la Comisión Federal de Competencia Económica (tres abogadas y cuatro economistas) y nueve para ambas convocatorias (cinco abogadas y cuatro economistas). El examen será el sábado 1 de febrero y el 7 de febrero, a más tardar, se enviará la lista con tres y hasta cinco nombres de las candidatas con las calificaciones aprobatorias más altas. El grupo de estudio que creamos en Observatel tiene 36 integrantes. Seguimos en pie para seguir apoyando. Mucha suerte a todas.