El apoyo unánime que recibió la presidenta Sheinbaum en su enérgica y justa condena respecto a la transmisión en México del spot antiinmigrante de Trump, no alcanzó para aprobar en fast-track su Iniciativa de nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Después de una intensa protesta mediática que bautizó al documento como #LeyCensura, el gobierno reculó.

Se equivocan quienes afirman que la Presidenta “aprovechó” el spot para deslizar toda una nueva ley. Falso, se venía trabajando desde el año pasado; la reforma constitucional que desaparece a los autónomos incorporó la obligación de expedirla. La virulencia de la campaña contra la iniciativa también tuvo su causa en la falta de transparencia y socialización del documento, con toda razón, y por ello la Presidenta ofreció abrir el diálogo.

Así, desde el 8 y hasta el 22 de mayo, se discute el contenido de la iniciativa en el Senado de la República en una serie de conversatorios temáticos coordinados por el senador Javier Corral que, ahora vestido de color guinda, regresa súbitamente a las telecomunicaciones en un momento neurálgico para el sector. Después de escuchar en la primera sesión a 21 voces que señalaron problemas en su articulado, Corral afirmó que se propondrían modificaciones a través de una reserva legislativa y que esta sería una “reservototota”. Y esto suena muy bien, pero no sería la primera vez que se realizan foros y no pasa nada.

La Presidenta ya dijo que el 109 desaparecería, pero hay mucho más que un artículo. Los operadores de telecomunicaciones advierten que con el espectro tan caro y las ventajas anticompetitivas que se le dan al Estado como operador, además de violar la Constitución y el T-MEC, se ahuyentan inversiones. Los radiodifusores quieren que se controle el otorgamiento de concesiones con estudios socioeconómicos previos. La sociedad civil subraya los graves peligros con relación a la privacidad de nuestros datos personales y la discrecionalidad para censurar contenidos. En tanto que todos mencionan el riesgo de concentrar tantas facultades en una sola persona y proponen mecanismos de transparencia y colegiación en la toma de decisiones. ¿Qué de esto entrará en la reservototota? ¿Tiene Corral los votos del oficialismo unido? Tengo mis dudas.

Mientras estas mesas se llevan a cabo y se transmiten en el Canal del Congreso las voces de los diferentes actores, una unánime autocensura nos recuerda el México que no es el del Senado que escucha, ni el de la Presidenta que elimina artículos indeseables, ni el de los medios y periodistas que se unen para condenar spots denigrantes. No, ahí está también el México que calla ante las contundentes pruebas que presenta la periodista Carmen Aristegui en la serie de reportajes “TelevisaLeaks” y que demuestran lo que todos sabíamos: Televisa, a través de Javier Tejado, lleva años operando campañas de encumbramiento y desprestigio para colocar y descolocar personajes según convenga a sus intereses.

Ha salido a la luz información tan grave como nombres de funcionarios del Poder Judicial y Legisladores que trabajaban para la televisora simultáneamente. ¿En qué país serio y democrático esto conduce al silencio? En el Senado se discute una nueva ley mientras todos callan frente a la probada manipulación y corrupción del principal concesionario de televisión en México. El silencio no es opción. La autoridad que calla no toma una posición neutral sino cómplice. Cuando era niña tuve un gato que se escondía metiendo la cabeza atrás de la cortina, pero dejaba todo el cuerpo fuera. Él creía que no lo veíamos.

*Abogada, presidenta de Observatel y comentarista de Radio Educación. X y Threads: @soyirenelevy

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