Imagina que un buen día un hombre muy rico, ofrece regalarte el coche que más te guste. Puedes elegir el deportivo más caro o el clásico más elegante. Cualquier color, tamaño, no importa. Solo hay una condición: que no puedes volver a tener otro coche en toda tu vida. Este será el único que tengas. ¿Cómo lo cuidarías? ¿Qué harías para que durara toda una vida en excelentes condiciones?
Ese vehículo es en realidad tu cuerpo y tu mente. ¿Cómo estás cuidando de ambos? ¿Los dejas deteriorarse y los pones en riesgo por falta de mantenimiento? ¿Eres consciente de que si les haces un daño irreversible, te quedas sin nada? ¿Por qué no vemos a nuestro cuerpo y nuestra mente como este gran vehículo, si solo tenemos uno para toda la vida? Esta lección se la dio Warren Buffett, por mucho tiempo el hombre más rico del mundo, a un grupo de estudiantes y los hizo reflexionar.
Por otro lado, sabes que tú no eres el vehículo, sino quien lo conduce. Te queda claro que no eres solo tu cuerpo y tu mente, eres mucho más que eso, eres la conciencia que experimenta el cuerpo y mueve la mente, ¿verdad? Cuidarlos, entonces, no solo incluye alimentos, sino todo lo que vemos, escuchamos y lo que nos ponemos en nuestra piel. Cada uno de estos elementos impacta nuestra salud de manera directa o indirecta.
En cuanto a la comida, no se trata únicamente de perder o ganar peso. Muchos productos bajos en calorías, como algunos alimentos “light”, no nutren adecuadamente el cuerpo. De hecho, muchos están llenos de químicos que son perjudiciales para la salud. Lo mismo ocurre con algunos productos “veganos” que, al revisar sus ingredientes, a menudo parecen ser una lista de compuestos complejos y poco naturales. Si te cuesta trabajo pronunciar el nombre de un ingrediente, tu cuerpo también tendrá dificultades para procesarlo. Esto aplica no solo a los alimentos, sino también a cosméticos, cremas y otros productos de cuidado personal.
¿Comerías petróleo? No, ¿verdad? Aunque parezca extraño, la mayoría de los maquillajes contienen derivados del petróleo. ¿Sabías que una mujer promedio consume alrededor de 8 kilos de labial a lo largo de su vida? Sin saberlo, ingerimos sustancias que pueden dañar nuestro cuerpo y afectar nuestra salud hormonal, provocando desequilibrios o enfermedades graves.
Por eso, en este 2025, te invito a sumar a tu lista de propósitos, un par muy importantes: Primero, cuidar tu cuerpo a través de todo lo que consumes y te pones. Evitar alimentos altamente procesados y tomar decisiones informadas de lo que estás poniendo y metiendo a tu cuerpo. Al hacerlo, es probable que también pierdas peso, pero de una manera que promueva tu salud y bienestar.
Segundo, cuidar tu mente siendo consciente de la información que consumes. ¿Qué contenidos te hacen sentir bien y cuáles te generan ansiedad o estrés? Prueba una “dieta” de contenidos negativos, como chismes y violencia. Elige mejor “alimentos positivos” aderezados de contenidos inspiradores.
Con ambos propósitos notarás un cambio profundo en tu bienestar físico y emocional y ese es el INGRIDiente secreto para sentirte renovado, lleno de energía y vitalidad, porque recuerda que eres lo comes, piensas, ves, escuchas, consumes y… te untas.
Gracias por acompañarme una vez más.
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