El viernes pasado, Gallup, una de las encuestadoras más reconocidas de Estados Unidos, publicó los resultados de una encuesta sobre la percepción de la migración en ese país. Los hallazgos son especialmente interesantes en el contexto de la segunda administración de Donald Trump y su agresiva política de deportaciones masivas sin debido proceso.
Gallup entrevistó a 1,402 estadounidenses entre el 2 y el 26 de junio, incluyendo sobremuestras de personas hispanas y afroamericanas ponderadas para coincidir con la demografía nacional.
En 2024, el porcentaje de estadounidenses que consideraba que la inmigración debía reducirse aumentó a 55%. Actualmente, esa cifra ha caído al 30%, regresando al nivel registrado en 2021. Además, el 38% quiere que la inmigración se mantenga en su nivel actual y el 26% considera que debería aumentar.
Con las deportaciones masivas, la inmigración ilegal ha disminuido drásticamente y los programas de solicitud de asilo han sido suspendidos. Esto ha provocado una caída generalizada en la percepción de que la inmigración debe reducirse. Entre los republicanos, el cambio ha sido significativo: el 48% sigue creyendo que debería disminuir, pero esta proporción es 40 puntos menor que la del año pasado.
La encuesta también muestra que el 79% de los estadounidenses considera que la inmigración es buena para el país, mientras que solo el 17% la percibe como algo negativo. Este repunte en la valoración positiva de la inmigración se debe, en gran medida, a un aumento notable entre los republicanos y, en menor medida, entre los independientes. Sus opiniones han regresado prácticamente a los niveles de 2020, después de haberse deteriorado en los años de la administración de Joe Biden.
La creencia de los demócratas en los beneficios de la inmigración también ha aumentado ligeramente, alcanzando un máximo histórico del 91%. Sin embargo, este dato es consistente con su visión altamente positiva durante la última década: al menos el 80% la ha considerado buena cada año desde 2016.
Además del respaldo a la inmigración, la ciudadanía también apoya cada vez más ofrecer a los inmigrantes indocumentados vías hacia la ciudadanía, mientras que cada vez menos estadounidenses respaldan medidas estrictas para revertir la inmigración ilegal. El apoyo a permitir que los indocumentados se conviertan en ciudadanos estadounidenses ha aumentado a 78%, frente al 70% del año pasado. Este nivel es similar al registrado en 2019 (81%) y solo ligeramente inferior al de 2016 (84%). El respaldo es aún mayor —aunque estadísticamente sin cambios— en el caso de quienes fueron llevados ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños, manteniéndose por encima del 80%.
Probablemente, debido a la oposición de los estadounidenses a las políticas migratorias que Trump ha impulsado para expulsar a inmigrantes indocumentados, la evaluación sobre su gestión en materia de inmigración es mayormente negativa. Solo el 35% aprueba su manejo del tema (21% lo aprueba firmemente), mientras que un 62% lo desaprueba (45% de forma contundente). Estas opiniones son marcadamente partidistas: el 85% de los republicanos aprueba la gestión de Trump, frente al 28% de los independientes y apenas el 2% de los demócratas. Es notable que el 81% de los demócratas desaprueba firmemente su manejo, mientras que el 59% de los republicanos lo aprueba con la misma intensidad.
En conclusión, el aumento de la inmigración ilegal durante la administración de Joe Biden generó una percepción negativa sobre este fenómeno y una mayor demanda de aplicación estricta de las leyes migratorias. La respuesta contundente de Trump parece haber reducido esa preocupación, particularmente entre los republicanos.
Como resultado, las actitudes de los estadounidenses hacia la inmigración han regresado a los niveles previos al reciente aumento en el flujo fronterizo. La ciudadanía valora cada vez más la migración, muestra un mayor deseo de incrementarla y respalda con más fuerza las vías hacia la ciudadanía para los indocumentados. Al mismo tiempo, el apoyo a un mayor control fronterizo y a políticas agresivas de deportación ha disminuido.