En México, la multipropiedad en la industria deportiva está mal vista. Se habla de un control desmedido del poder, de manipulación en las estructuras. En otros territorios, la multipropiedad se ve como el desarrollo de la disciplina y las marcas. Tal es el caso de Red Bull, firma de bebidas, la cual ha ido ganando presencia de una manera elegante, comenzando por comprar o gestionar equipos de futbol, automovilismo y motociclismo, así como hockey. Sumó a sus filas al Leeds United y al Ardija de Japón, uniéndolos al Red Bull Team de Suiza, Ghana, Nueva York, Brasil y Austria.
También encontramos al grupo financiero RedBird Capital Partners, un fondo de inversión de 10 billones de dólares, encabezado por Gerry Cardinale, dueños de los Red Sox de Boston, RoushFenway Racing, Toulouse Football Club, Liverpool, UFL, el equipo de Fórmula Uno Alpine y el Milan. Todo un emporio deportivo.
Seguramente, quien lea este texto dirá “pero no tienen dos o más equipos en la misma Liga”, y es cierto, pero sin dueños de equipos en varias industrias, es complicado. Eso sí, en Latinoamérica siempre hay muchas sospechas.
Hay otro emporio, el de City Group, que ha puesto más de un pie en el futbol, en diferentes Ligas, y nadie dice nada. City Group es dueño de Manchester City, New York City FC, Melbourne City, Yokohama Marinos, Mumbay City, Bulls China, Girona, Montevideo City, Troyes, Lommel, Esporte Club Bahia y Palermo.
¿Tiene algo de malo la multipropiedad? En México, ese tema es tabú, se ve como un tráfico de influencias, pero la realidad es que pocos son los inversionistas capaces de solventar el deporte. En México ya existen empresas que tienen equipo de futbol, beisbol, basquetbol y futbol americano, todos bajo la misma marca, la cual —además de todo— es patrocinadora de diferentes Ligas. Yo lo veo positivo, ya que da estabilidad y no estamos a expensas de los milagros financieros. Abrámonos a la inversión, sólo es poner ciertos candados y avanzar a la modernidad deportiva en todos los aspectos.
@husseinforzan