¿Hacia dónde va el deporte?, ¿cuál será el destino de las competencias?, ¿el consumidor seguirá evolucionando? Estas preguntas nos hacemos al ver cómo los deportes y sus organizadores se han dado cuenta de que ya no es suficiente una competencia. Hoy, el reto es poder llegar a más público.
Incluso, las marcas empiezan a buscar nuevos objetivos: no sólo dar dinero por colocar un logotipo o tener presencia con los clásicos derechos. Han iniciado esa búsqueda de impacto social, que su dinero tenga una causa específica.
Actores, cantantes e incluso estrellas del streaming, han asomado la cabeza para explorar nuevas formas de potencializar su dinero. Personajes como Ibai Llanos tienen en la cabeza invertir o comprar un equipo de futbol y, en el caso de Gerard Piqué, puso su dinero y sus ideas en un proyecto digital como la Kings League.
Incluso, el deporte colegial empieza a tener nuevos mercados. En México, podemos ver la NCAA en ESPN o Hi Sports, en donde se disfruta de la actividad estudiantil de Estados Unidos, que este año regresó al mundo de los videojuegos con el “College Football” de EA Sports.
No olvidemos a las plataformas digitales. Hoy, tenemos a dos titanes peleando con la cartera por los derechos de transmisión de algunos deportes, siendo el futbol el gancho más importante.
El que parece llevar la delantera es Apple TV, que busca los derechos del Mundial de Clubes, y se encuentra dispuesto a pagar 800 millones de dólares, para poner estos juegos es su plataforma y así ofrecérselos a todos el planeta.
Vivimos momentos de cambio. Estamos frente a una sociedad de consumo específico, frente a una oportunidad de cambiar los formatos, de conseguir nuevos consumidores y plantear nuevas estrategias para el futuro inmediato.
