Sin duda alguna, el próximo año estará lleno de emociones deportivas, sobre todo para los atletas mexicanos. Por tal motivo, me gustaría hacer una carta de deseos. Igual y Papá Noel se apiada de un servidor.
Me encantaría que Saul Álvarez por fin rompa esa frontera con el público y nos regale una pelea que nos haga emocionarnos.
Para Sergio Pérez, deseo que vuelva a pelear el campeonato de Fórmula 1 y, en México, pueda levantar el trofeo de primer lugar.
Que la Selección Mexicana tenga un año para la historia. Me encantaría verla en la final de la Copa América, algo que hace muchos años no podemos conseguir, consolidando —de cara al Mundial— el proyecto de Jaime Lozano.
El futbol femenil tendrá su primera Copa Oro, en la Unión Americana. Es momento de que nuestra Selección femenil empiece a ganar terreno en el continente y en el mundo, con futbol y —sin duda alguna— con más autoridad.
Me haría muy feliz ver a Santiago Giménez en un equipo grande de Europa. ¿Por qué no soñar en que llegue a Barcelona, Madrid o a algún club de Inglaterra? Tiene ya los tamaños para competir en un conjunto grande y triunfar.
En un año de Juegos Olímpicos, también tengo mis deseos para los atletas mexicanos. Que todos logren sus objetivos, pero —en particular— me encantaría ver a Alexa Moreno subir al podio. Creo que se lo merece más que nadie. De igual forma, Alejandra Orozco podría sumar más medallas y meterse al Olimpo de las inmortales en la disciplina de clavados.
Ojalá sea un año alejado de la violencia en el futbol mexicano, que no exista en lo más mínimo, que los estadios sigan llenándose de niños y familias, que veamos sonrisas y no lágrimas, que veamos grandes partidos, que los “grandes” del balompié nacional sigan creciendo, que el Cruz Azul tome su lugar y el futbol mexicano se haga más fuerte.
Feliz Navidad para todos, se viene un año lleno de pasión deportiva.