El mundo de las empresas de tecnología está dando un vuelco más parecido al guión de un thriller corporativo o una canción de Kendrick Lamar contra Drake. Ya no estamos hablando de bites y bytes o avances para la humanidad, sino de dólares y centavos así como de propuestas hostiles de compra.
La disputa por el control de la Inteligencia Artificial entre Sam Altman y Elon Musk, viene condimentada con intentos de renovación y unos cuantos millones de dólares. Altman le dice a Musk que OpenAI no está en venta, con todo y la oferta de 97 mil millones de dólares para que el dueño de Tesla se quede con la empresa creadora de ChatGPT.
Pero más allá de la veracidad o chapuza de la oferta, Musk está poniéndole un pequeño obstáculo a la estrategia de convertir totalmente privada a OpenAI y con ello ganar unos meses para mejorar su propia empresa de IA llamada xAI.
Mientras tanto OpenAI, la compañía que alguna vez prometió inteligencia artificial al servicio de todos, ahora se prepara para su enésima reinvención.
Sam Altman, el CEO de OpenAI, anunció el lanzamiento de GPT-4.5 y GPT-5, los nuevos modelos que vienen acompañados de una confusa estrategia de nombres y versiones. Es curioso, pero la inteligencia artificial de OpenAI no lo es tanto si tomamos en cuenta su branding pues aunque ya intentó poner orden con el selector de modelos en ChatGPT, parece que su utilidad fue comparable a la de un semáforo en medio de un tianguis.
Uno de los grandes anuncios es que GPT-4.5, conocido internamente como “Orion”, será el último modelo “sin cadena de pensamiento”. Es decir, lo que viene después supuestamente pensará más y mejor. Luego viene GPT-5, que promete una gran unificación de modelos y tecnologías. El objetivo es crear sistemas que detecten cuándo es necesario un razonamiento más prolongado. En otras palabras, una IA que, dependiendo del caso, se tomará su tiempo para procesar información.
Pero los cambios no solo afectan la tecnología, sino también el bolsillo de los usuarios. OpenAI implementará niveles de inteligencia según el plan de suscripción, lo que en términos simples significa que la calidad del pensamiento artificial dependerá de cuánto se pague. Los usuarios gratuitos recibirán lo justo para chatear con una máquina sin muchas pretensiones, mientras que los clientes premium podrán acceder a un modelo más sofisticado. Al final se traduce en lo mismo de siempre: pagar más para obtener más. OpenAI no inventó la inteligencia, pero sí encontró cómo venderla en cómodos niveles de suscripción.
12 millones de boletos
Si algo quedó claro en 2024 es que la digitalización ya no es una promesa, sino una realidad que avanza con fuerza. Un claro ejemplo es Ticketmaster, bajo la dirección de Ana María Arroyo, que ha consolidado SafeTix, su boleto digital con código de barras dinámico. Esta tecnología, que cambia cada 15 segundos, ha sido un duro golpe para los revendedores de boletos falsos y una bendición para los fanáticos que ahora pueden olvidarse de largas filas y gastos innecesarios en papel y tinta.
El impacto ha sido inmediato: más de 12 millones de boletos digitales escaneados en recintos como el Estadio GNP Seguros, el Palacio de los Deportes, el Estadio Olímpico Universitario y el Teatro Telcel, además de plazas en Guadalajara y Monterrey. Y la expansión continúa, con eventos de alto calibre como el Abierto Mexicano de Tenis y la Nascar Mexico City Weekend adoptando este sistema.
Más allá de la comodidad, la apuesta por la seguridad y la sostenibilidad es evidente. Como bien señala Arroyo, la tecnología no solo mejora la experiencia del fanático, sino que también refuerza el compromiso de la empresa con un futuro más eficiente y ecológico.
Madrid digitalizada
La transformación digital no espera a nadie. Mientras algunos países aún debaten cómo regular plataformas, en Madrid ya se afinan estrategias para definir el futuro digital. El Digital Summit Latam, los próximos 26 y 27 de febrero, reunirá a líderes de América Latina y Europa para discutir inversión, regulación y ciberseguridad.
México tendrá presencia con Layla Delgadillo, CEO de Silent for Business (S4B), quien hablará sobre la protección de sectores estratégicos. Compartirá escenario con expertos como David Hoffman, de la Universidad de Duke, y Rodrigo Ramírez Pino, de la Cámara Chilena de Infraestructura Digital.
El foro será clave para anticipar tendencias y entender cómo se moverán los hilos de la regulación tecnológica en la región. En un mundo donde la tecnología avanza más rápido que las leyes, estos encuentros son un radar imprescindible para gobiernos y empresas.
Agentes de cambio
México no solo habla de inteligencia artificial, la está aplicando. Entre 2018 y 2024, el número de empresas que implementan IA en el país creció 965%, consolidando su papel en el mapa global. En este escenario, Gupshup, la empresa de IA conversacional, lanza su Biblioteca de Agentes de IA, una suite con 15 agentes preconstruidos y personalizables para acelerar la adopción de esta tecnología.
Con estos agentes, las empresas podrán optimizar sus procesos y mejorar la experiencia del cliente sin perder meses en desarrollos. La IA ya no es un lujo, es una necesidad para competir.
Columnista y comentarista