Ya falta menos para que se acaben las campañas electorales. Falta poquito para que vayas a emitir tu voto y con ello se baje un poco todo el nudismo político involuntario y arrogante. Sin embargo, todavía faltan definiciones en los proyectos políticos de las candidatas presidenciales en materia de tecnología.
No digo que no existan, solamente creo que les falta precisión sobre lo que piensan hacer para y con el sector de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Estoy seguro de que las candidatas tienen un equipo y documentos que explican sus estrategias digitales, pero les falta difusión.
Esta reflexión viene a cuento por el interesantísimo seguimiento que la firma The Competitive Intelligence Unit (The CIU) hace de las propuestas TIC de las candidatas. Según el monitoreo que toma en cuenta las declaraciones de las candidatas en torno a 50 temas relevantes para diseñar una Agenda Digital Nacional (ADN), Xóchitl Gálvez ha abordado 48% de los temas y Claudia Sheinbaum 40%. En el caso de la primera, su cobertura de estos temas subió de 46% a 48% y la segunda se ha quedado en 40%.
Aunque reconozco el valor de este esfuerzo de los siempre inquietos y honorables amigos de The CIU, me parece que el ejercicio es cuestionable. No creo que estos resultados puedan indicar el compromiso o displicencia con la agenda TIC entre una y otra candidata, más bien creo que hay un desinterés por informar. El tema TIC no es muy vendedor entre los electores y por ello, no nos enteramos, no investigamos y no informamos de manera correcta sobre dichas propuestas
Al asumir parte de la responsabilidad de esa desinformación de las propuestas TIC me pregunto: ¿No será que la mayoría está más pendiente de las propuestas de una de las candidatas? ¿Será que las ideas de una de las candidatas no son visibles o no tienen resonancia en ciertos medios? ¿Será que estos temas siguen siendo áridos para la audiencia?
Tal vez por eso mucha gente no sabe de la tarea que tiene el legendario Ernesto Flores, representante de Xóchitl Gálvez en estos temas, pero mucho menos saben lo que está haciendo o hizo José Antonio Peña (mejor conocido como Pepe Merino), tanto en la CDMX como en la campaña de Claudia Sheinbaum.
Reconozco que las ideas y tareas de Ernesto Flores han sido más visibles y vendedoras, pero muchas de ellas sin precisar. En términos generales, la propuesta se basa en el aumento de la conectividad y digitalizar el gobierno, incluso el llamado Corpus Institucional se nota más robusto. Pero, por otra parte, la encomienda de Pepe Merino más bien parece ciencia oculta pues, quienes convivimos con la industria TIC y en la Ciudad de México, sabemos de muchas estrategias digitales que han tenido éxito.
No quiero despertar las banderas políticas de muchos, y con el respeto que me merecen todos, el hecho de pensar que los mayores triunfos de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) de la CDMX es digitalizar el trámite de la Licencia de Conducir evidencia una falta de información o una ceguera de taller. Llevo años oyendo buenas opiniones de la industria en favor de la ADIP y de Pepe Merino, pero sobre todo de su sucesor Eduardo Clark.
Conociendo a la industria TIC, les creo la mitad porque tal vez estaban viviendo un romance con el gobierno de la CDMX, sin embargo, lo que me cuentan se aleja mucho de la receta ya conocida de las exorbitantes compras de equipo, carísima renta de soluciones, contratos amañados en favor de tecnologías propietarias y un largo etcétera que se basa en el dispendio de recursos públicos.
Las ideas que ha esbozado el equipo de Claudia Sheinbaum en materia TIC son más imprecisas aun, incluso no he encontrado una idea clara sobre el Corpus Institucional y me queda duda sobre su propuesta de organización gubernamental.
En ambos bandos (no hablo del anecdótico naranjito) hay mucho que aclarar, aunque creo que ya es muy tarde. Sin embargo, si la propuesta es seguir con el modelo regulatorio y económico basado en la defensa de organismos pseudo autónomos que solo pulverizan la rectoría del Estado, la verdad, no cuenten conmigo.
Sigue la fiesta de la IA
Buenas noticias para la Inteligencia Artificial (IA) y todo el ecosistema de empresas que trae consigo esa tecnología. Nvidia, la empresa que rifa en estos momentos con sus dispositivos para cómputo de alto desempeño superó las expectativas en su reporte trimestral.
Los ingresos trimestrales de la empresa subieron 18% con respecto el cuarto trimestre y 262% más que hace un año. Además, registró ingresos récord trimestrales de centros de datos de 22 mil 600 millones de dólares, 23% más que el cuarto trimestre y un impresionante 427% más que el mismo periodo del año anterior.
Por eso la empresa se dio el lujo de aumentar 150% su dividendo trimestral en efectivo al pasar de 0.04 dólares por acción a 0.10 dólares por acción ordinaria. Sin embargo, es tan fuerte el éxito de Nvidia que ahora tuvo la “necesidad” de aplicar un Split (división) de acciones para que sean más accesibles a sus empleados e inversionistas. Por cada una de las acciones de Nvidia que haya en circulación, se entregarán 10 nuevas acciones el próximo 7 de junio.
"La próxima revolución industrial ya ha comenzado para producir una nueva mercancía: la inteligencia artificial", dijo Jensen Huang, fundador y director ejecutivo de la compañía y tiene toda la razón. Si no, pregúntale a todas esas empresas e industrias que ahora dependen de todos los juguetitos del tío Huang para producir más con menos.
* Columnista y comentarista
Twitter: @hugonzalez0