La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un lujo futurista para convertirse en el aceite que engrasa las ruedas del cambio empresarial. En solo unos años, su adopción ha pasado de ser una promesa tecnológica a una realidad que redefine sectores enteros, desde la logística hasta la banca. Con un mercado global valuado en 208 mil millones de dólares en 2023 y una proyección de alcanzar los dos billones para 2030, la IA no solo está creciendo, está revolucionando la forma en que operan las empresas y se toman decisiones.
El crecimiento de la IA no es casualidad. Detrás de este fenómeno se encuentra una combinación de avances tecnológicos, como el desarrollo de modelos de aprendizaje automático más eficientes y el incremento en la capacidad de procesamiento de datos. Hoy en día, el diseño de modelos predictivos y la automatización de tareas repetitivas permiten a las empresas tomar decisiones más informadas y mejorar sus procesos en tiempo real. Este progreso se ve reflejado en aplicaciones concretas, como la optimización de cadenas de suministro y el diseño de estrategias de marketing basadas en datos.
En este contexto de adopción exponencial, empresas como Creai, que lidera Franco Palacios, han demostrado cómo la innovación tecnológica puede transformar industrias enteras. Con un enfoque en soluciones personalizadas que incluyen mantenimiento predictivo y automatización de procesos, ha generado resultados tangibles en términos de eficiencia y retorno de inversión. Estos ejemplos no solo reflejan la importancia de estas herramientas en la transformación digital, sino también su capacidad para impulsar el crecimiento empresarial.
Sin embargo, este progreso también plantea retos significativos. Las preocupaciones éticas sobre la privacidad de los datos y la transparencia de los algoritmos han cobrado relevancia a medida que la inteligencia artificial se integra en más aspectos de nuestra vida cotidiana. Además, la brecha tecnológica entre países y sectores podría aumentar si no se implementan políticas inclusivas que permitan a más actores acceder a estas herramientas.
El futuro de este ámbito apunta hacia un crecimiento sostenido. Tecnologías emergentes como la IA generativa, capaz de crear contenido original, están ampliando los límites de lo posible en campos creativos y científicos. Estas capacidades democratizan el acceso a herramientas avanzadas y ofrecen oportunidades para resolver problemas complejos de manera más efectiva. En un mundo cada vez más interconectado y demandante, las empresas que no suban al tren de la IA están destinadas a quedarse en la estación, viendo cómo otros lideran el camino hacia un futuro más eficiente, innovador e interconectado. En esta carrera, la IA no es solo una herramienta, es el conductor. Si algo está claro, es que el futuro no espera a los indecisos.
¿Pero qué necesidad?
Nuevamente otra decisión del IFT me sorprende fuera de base y aunque en esta ocasión pude haber retomado el caso la semana pasada, siendo sinceros, no creí que fuera para tanto.
Para mi sorpresa, la Licitación 12 anunciada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) el pasado 19 de diciembre se volvió tema coyuntural y nacional cuando el pasado 26 de diciembre la presidenta Claudia Sheinbaum informó que esa licitación de 2 mil 223 bloques del espectro sería revocada.
Al principio pensé que la simple convocatoria y las bases de licitación (que aún no implica la entrega de concesiones) se volvió tema nacional como parte de la astringencia informativa de la época. Pero al conocer la reacción de la Presidenta, intenté encontrar alguna motivación política que hasta el momento no encuentro… a menos que se piense en el desaseo político-jurídico y a veces técnico-económico que siempre ha caracterizado al IFT desde su nacimiento.
Paréntesis. Me cuentan que durante la sesión informativa en la cual el área directiva y ejecutiva del IFT presentó a los trabajadores las condiciones de la extinción del organismo, hubo hasta mentadas de madre y gente muy molesta con los machuchones del IFT por no tener la inteligencia y arrestos suficientes para negociar con la 4T la subsistencia del organismo. Fin del paréntesis.
Siempre lo he dicho y ahora que no existe lo reitero, el IFT nunca fue autónomo ni independiente. Tuvo las herramientas técnicas, jurídicas y humanas para ser un gran regulador, pero sus compromisos político-económicos nunca se lo permitieron. Me consta.
Por eso no dudo de que, en sus estertores jurídicos, el pleno del IFT se quiso ver muy purista y se atrevió a lanzar la convocatoria de la Licitación 12, de la cual comenzó la consulta pública en mayo de este año con la esperanza de que la 4T no alcanzaría la mayoría absoluta para lograr el cambio constitucional que ahora logró su extinción y le impide al IFT cumplir el compromiso de licitar las frecuencias.
Sin embargo, como diría el clásico: ¿Pero qué necesidad? ¿Para qué abrir una convocatoria un día antes de desaparecer si era claro que casi en automático se anularía? ¿Acaso el IFT creía que a la 4T se le iba a pasar esa bola rápida sin darse cuenta? ¿Realmente creía que alguien tendría interés de participar sabiendo que la convocatoria nació muerta, que Licitación 10 de 2021 estuvo casi desierta y que el costo del espectro sigue siendo muy elevado?
Me parece una exageración pensar que se trata de un despojo o un regalo de fin de año, lo que sí creo posible es que se le hizo un flaco favor a “alguien” (¿?) pero para enturbiar la casi cantada entrega de frecuencias de la banda de 2.5 GHz en favor de Altán Redes, la operadora de telecomunicaciones en la cual el gobierno federal es copropietario y con lo cual se desataría una nueva controversia sobre el trato privilegiado y desproporcionado en favor de Altán (¡uff!)
Es claro que para la 4T es primordial darle a Altán las frecuencias que la faltan para subirse a la tecnología 5G y para ello, la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) ya está diseñando un nuevo Programa Nacional de Atribución de Frecuencias que privilegie compromisos de cobertura social, por encima del lucro comercial. La Licitación 12 fue un intento aguado de seguir manejando las frecuencias como se estuvo haciendo en los últimos 30 años.
Por eso, lo que intentó hacer el IFT es una descortesía, un desafío, un desaseo y un innecesario acto pseudo regulatorio. Como decía mi abuelita, podemos ser puercos, pero no trompudos.
Feliz 2025
No quiero dejar pasar la oportunidad para desearte el mayor de los éxitos en el 2025 y agradecerte por tu apoyo durante todo 2024. Espero de todo corazón que el año entrante sea de mucha salud y trabajo muy bien pagado. Un abrazo y nos leemos el jueves ya en el territorio del 25.
*Columnista y comentarista