Hace unas semanas, en este mismo espacio, puse el reflector sobre la urgencia de encontrar soluciones al hambre energética e hídrica de los centros de datos en México. También te conté que la Inteligencia Artificial no vive del aire, sino de infraestructura cara, compleja y ambiciosa. Así que mientras todos voltean a Querétaro como la tierra prometida del cómputo en la nube, hay un nuevo jugador levantando la mano: Durango.
Resulta que Fermaca, empresa con más de seis décadas en México, decidió que ahí montará su Ciudad Digital. Están hablando de una inversión de 3,700 millones de dólares, que ya presentaron hace unos meses a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Platiqué con Octavio Berrón, CEO global de Fermaca México, empresa que no es nueva en esto de meterle infraestructura al país. De hacer carreteras y drenajes, pasaron a construir el sistema de transporte de gas natural privado más grande del país. Durante los últimos 20 años, construyó el gasoducto totalmente interconectado, llevando gas desde Texas hasta Guadalajara y San Luis Potosí. Y ahora, como dicen los gurús de Silicon Valley, están “pivotando” hacia lo digital.
Ahora la empresa decidió incursionar en proyectos de infraestructura digital y petroquímica. A diferencia de Querétaro, que es un hub de conectividad, pero que enfrenta problemas de suministro eléctrico, Fermaca apostó por Durango para su proyecto digital.
Según Octavio Berrón, la Ciudad Digital Fermaca en Durango se compone de cuatro iniciativas simultáneas. La primera es un data center con capacidad de procesamiento de hasta 250 megas. La segunda es una planta de generación de electricidad propia de 350 megas para asegurar el suministro energético y la independencia, operando bajo un modelo de autoabasto no interconectado.
La tercera es la interconexión del data center a su red de fibra óptica, Fermaca Network, una red de 2,000 km que va desde El Paso, Texas, cruza por Ciudad Juárez y se extiende por México hasta Guadalajara y Querétaro. Y la cuarta es la apertura del data center a cualquier tipo de usuario, especialmente enfocado en inteligencia artificial y cloud services, operando bajo un esquema neutral de fibra óptica oscura, sin competir con clientes como telcos y hyperscalers.
Durango, además de ofrecer baja latencia por estar a medio camino entre Querétaro y Estados Unidos, tiene otro punto a favor: un gobierno local con hambre de atraer inversión tecnológica. El nombre “Durania”, mezcla Durango e inteligencia artificial, es la síntesis del plan para formar talento local y colaborar con universidades para capacitar a las futuras generaciones de programadores, técnicos y operadores de centros de datos.
Fermaca no sólo quiere instalar fierros, también quiere sembrar cerebros. Dice que apostar en momentos difíciles ha sido su estrategia histórica, y si de paso convierte a Durango en potencia digital, pues mejor.
IA constitucional
Mientras Fermaca pone fibra y fierros en Durango para su Ciudad Digital, en la capital del país la inteligencia artificial ya quiere pasar a la historia con artículo constitucional y todo.
La presidenta Claudia Sheinbaum soltó unas pistas y dijo que pronto dará los avances de su Laboratorio Nacional de Inteligencia Artificial. Este programa forma parte del “Plan México” y agrupa a varias instituciones de educación superior. Pero la presidenta también lanzó la advertencia: hay que discutir la regulación de la IA. O sea, no todo será código y servidores, también habrá que meter abogados, filósofos y legisladores al asunto.
Y hablando de diputados, el que ya se apuntó fue Eruviel Ávila, hoy presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación. Presentó una propuesta para que el uso equitativo y ético de la IA quede tatuado en la Constitución.
La propuesta de Eruviel cubre desde la educación básica hasta la seguridad pública. También se quiere meter a la gestión del agua, la salud y los derechos indígenas. Un paquete completo, como si la IA fuera el nuevo Seguro Popular, pero con sensores y machine learning.
Lo interesante será ver si este impulso termina en algo funcional, o se queda como tantas otras reformas que duermen el sueño eterno entre comisiones. Por ahora, México quiere que la IA no solo piense por sí misma, sino que también sea constitucional.
IA de guardia
Mientras unos discuten si la Inteligencia Artificial debería estar en la constitución, otros ya la pusieron a trabajar sin descanso. Es el caso de HP Enterprise (HPE), que en México comanda Gustavo Gómez, anda muy metida en evangelizar sobre algo que podría ahorrarle varias canas a los directores de sistemas.
Durante la inauguración de sus nuevas oficinas en la Ciudad de México, Gómez explicó que los Agentic AIOps de HPE son como un ejército de bots que monitorean la salud de los servicios tecnológicos 24/7. Sin dormir, sin quejarse y, lo mejor, sin pedir aguinaldo.
La idea es que la IA se encargue de lo aburrido y repetitivo, y que el personal humano se enfoque en lo que realmente importa como decisiones estratégicas, innovación y creatividad. En otras palabras, que dejen de apagar fuegos para dedicarse a construir algo.
Además, los AIOps de HPE detectan patrones ocultos, analizan montañas de datos y avisan si algo anda mal antes de que explote el servidor o la paciencia del jefe de TI. También permiten gestionar cambios en la infraestructura, hacer pruebas automatizadas y configurar todo en menos tiempo.
Pero estos agentes de IA también opinan. Ofrecen recomendaciones con base en datos reales y experiencias pasadas. O sea, algo muy parecido a tener un asesor que nunca se equivoca (al menos en teoría).
*Columnista y comentarista.