En teoría, todos los negocios y sectores que involucran la presencia de un operador incumbente y de una regulación en materia de interconexión y competencia podrían regirse por una misma ley general. En esencia, todos los negocios que involucran el uso de redes casi siempre tienen variables muy parecidas pero que, aplicadas en un contexto histórico y económico preciso, pueden generar una regulación distinta.
Conociendo a detalle la apertura del mercado de las telecomunicaciones en México, me atrevo a opinar que a la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador le faltan precisión y detalles. Sin embargo, creo que para eso son los parlamentos: para parlar, discutir, corregir y proponer regulaciones en beneficio de todos. Más allá del marchanteo político que algunos adelantamos desde el resultado de las elecciones federales pasadas, la discusión de la reforma eléctrica tiene que partir de una discusión libre de dogmas.
Es falso que se creará un monopolio (¿con 54% del mercado?), que se dará prioridad a los combustibles fósiles (Alemania está aumentando la quema de carbón), que se violará el T-MEC (México es soberano en materia energética), que la CFE no puede generar la energía que se necesita (sólo si le amarran las manos) y hasta que se expropiarán los paneles solares domésticos.
Urge corregir pues, así como está el mercado eléctrico es como si desde el primer día Telmex estuviera obligado a compartir su red local con sus competidores, a darle prioridad al tráfico de AT&T, Telefónica, Izzi, Megacable o sus antecesores, y que, además, no pudiera ofrecer el servicio de internet.
En ese sentido, y tomando como experiencia la apertura a la competencia en telecomunicaciones, debemos cuidar que la regulación en materia eléctrica promueva un mercado equilibrado, con regulación efectiva y no de papel, con tarifas y condiciones de interconexión claras y justas y, por último, con un mejor y más barato servicio para todos los mexicanos, no sólo para un club de amigos.
TRANSFORMACIÓN DIGITAL
Hace unos días estuve en una reunión de networking bajo la temática de la transformación digital; en ella, Alejandro López de la Peña, director general en México de la firma de origen alemán T-Systems, dijo que el concepto de transformación digital se está desvirtuando porque muchas empresas piensan que se cumple la misión con subir algunos procesos a la nube o utilizar ciertas aplicaciones de inteligencia artificial.
La transformación digital implica evaluar y hasta cambiar procesos de negocios que podrían ser automatizados mediante uso de robotización. Además, esa información debe ser recopilada para después entrar a una fase analítica, con el fin de desarrollar un nuevo proceso de negocio, pero ahora basado en una inteligencia artificial. Parece una fórmula complicada, pero con la ayuda de los expertos puede ser algo más sencillo de implementar. El reto, en este caso, no sólo es emprender la transformación, sino decidir si tu empresa puede ser líder, innovador, evaluador, seguidor o un rezagado digital.
DREAM TEAM DE LOBBYING
Recientemente, Coca-Cola Company en México contrató los servicios de Emilio Suárez Licona para realizar cabildeo político. Suárez Licona fue colaborador muy cercano de José Antonio Meade Kuribreña cuando éste último se desempeñó como secretario de Hacienda y cuando fue el titular de Relaciones Exteriores. También fue coordinador jurídico en la campaña presidencial de Meade. Otro ejemplo de este dream team de lobbying político es el nombramiento de Patricio Caso, hombre de confianza de Mikel Arriola, como director senior de Relaciones Gubernamentales. Caso colaboró con Arriola tanto en la Cofepris como en el IMSS. Asimismo, fue su coordinador de campaña para la jefatura de Gobierno de la CDMX en 2018. Dicen que la mano de Caso ya se vio cuando se frenó en el Senado un exhorto para que la FGJ CDMX diera justicia pronta y expedita para José Antonio del Valle, dueño de la refresquera Go Gaba, quien tiene años de litigio con la multinacional por un presunto fraude de 345 millones de dólares.
ADIÓS HUAWEI
La firma de consultoría The Competitive Intelligence Unit (The CIU) pronostica que, de seguir las actuales tendencias, en los próximos dos a tres años Huawei podría caer desde su actual 13.9% para llegar a 2.1% del mercado total de smartphones vendidos en el país. En contraparte, la otra fabricante china, Oppo, podría ocupar dicha posición al pasar de su actual 1% del mercado hasta llegar a 11.3%. Dicha cifra incluso podría ser superior a la participación de Xiaomi, que pasaría de 4.3% a 10.1% del mercado mexicano.
Twitter: @hugonzalez0