Comercios, organizaciones, gobiernos, escuelas y demás son fácilmente identificables en internet por la terminación es sus direcciones web ; es decir por sus punto com, punto org, punto gob o punto edu; vamos hasta el porno tiene su punto tres equis, y después de tantos años por fin la comunidad artística y cultural global puede hacer uso del dominio .art desde ya.

Un dominio no sólo identifica más o menos de qué va la cosa; es decir, hay millones de páginas personales sin fines de lucro que terminan como .com; otras pueden lucrar a pesar del portar el .org, aunque esas variaciones dependen más de quien provee el servicio que de quien lo usa.

La presentación del dominio .art se hizo en Londres hace apenas unos días y hay que decir que entusiasmo no ha sido poco, ni ha pasado desapercibido. Este será el año en que empezaremos a ver con mucha más frecuencia sitios con este dominio, algunos de instituciones nacionales.

Quienes solicitan un dominio .art pretenden ser parte del legado artístico mundial portando esta característica distintiva sin importar si es con fines de lucro o no, si es parte de una iniciativa estatal o privada, lo dominios .art estarán disponibles para cualquiera que ofrezca contenidos relacionados con arte y cultura.

A este barco ya se subieron pasajeros importantes, está ya por ejemplo el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, el M useo Guggenheim Solomon R ., el Instituto de Arte de Chicago, el Centro Pompidou, por mencionar algunos; hay más de 60 organizaciones, museos, galerías y artistas que se cuentan entre los primeros interesados.

Ya en nuestro país le han echado el ojo a los punto art, entre los que sobresale, nada más, el Museo Tamayo de esta Ciudad de México; entre otras instituciones latinoamericanas que serán las primeras en portar este sello de identificación está también el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.

Muchos podrán opinar que tener un dominio u otro no hace ninguna diferencia, otros no dudan en afirmar que un dominio dedicado a la comunidad cultural dignifica y mejora la promoción del trabajo de artistas e instituciones, sobre todo aquellas que no se sienten muy cómodas con el punto com.

Si es una banalidad o no es cosa de puntos de vista; lo que es cierto es que la gran mayoría de organismos que se han sumado, como los ya mencionados, tienen un prestigio y comparten la visión de que un dominio específico relacionará mejor a la comunidad artística regada hasta hoy a lo largo y ancho de internet y sus dominios varios. Los punto art están resultando, por lo menos, para estas y otras instituciones, muy atractivos.