Dicen los psicólogos que la actividad de contar cuentos fortalece vínculos entre quien cuenta y el receptor, difícil aplicarlo si quien cuenta es una Inteligencia Artificial. Este año llegó un cuentacuentos no humano para sumarse a la creciente lista de creadores literarios automatizados, se trata de “Shelley”, un nuevo robot que vio la luz justo a tiempo para Halloween. Conocido como el primer escritor colaborativo de historias de terror de Inteligencia Artificial; fue creado por la doctora Pinar Yanardag, miembro del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT, en colaboración con el científico investigador Manuel Cebrián y el profesor asociado Iyad Rahwan.
Shelley es un robot programado con la tecnología Deep Learning (es decir, de autoprogramación), y al igual que la mayoría de los robots de Inteligencia Artificial, éste “aprende” al ser alimentado con datos. Evidentemente su nombre es un homenaje a la escritora de Frankenstein Mary Shelley y que tiene como tarea contar las más terroríficas y escalofriantes historias. A través de su página de Twitter @Shelley_ai, se lanza un tuit con el inicio de una nueva y original historia de terror, posteriormente añade el hashtag #yourturn para que los seguidores se encarguen de seguir con el relato, el cual puede irse convirtiendo en algo cada vez más escalofriante. Lo particular de este robot a diferencia de los demás que han aparecido hasta la fecha es esa capacidad de colaboración, los cuentos se escriben “a cuatro manos”.
Es importante resaltar que Shelly no cuenta a los clásicos por cuestiones de derechos de autor, pero en realidad no es algo que le afecte, pues hasta el día de hoy, ya van más de 140mil historias que los seguidores de su cuenta de Twitter se han encargado de alimentar, por lo que según Cebrián, este tipo de tecnología ayuda a escribir una historia ya avanzada que te da, como escritor, ideas y ayuda a luchar contra la página en blanco.
Los creadores del proyecto han ido mejorando el concepto y para entrenarse y aprender, recurrieron a una comunidad de Reddit cuyo giro son cien por ciento las historias de miedo “nosleep”, sin embargo y a pesar de sus casi 700 megabytes de información generada, todavía se está lejos de lograr narrativas más complejas y extensas, por lo menos en un corto plazo.
Entonces, a pesar de que la tecnología nos está ofreciendo nuevas alternativas para escribir y leer historias de terror, no está previsto dejar de leer a Lovecraft, Stephen King, Edgar Allan Poe, Katzenbach, Madeleine Roux o a todos aquellos que han sido capaces de, con sus relatos, hacernos sentir escalofríos.
Finalmente, todo esto me hace pensar en que tal vez lo más escalofriante (o por lo menos inquietante) de Shelley no sean los relatos, si no el hecho de pensar que lo que Isaac Asimov describió como ciencia ficción en su libro de 1950 “Yo robot” o el “El hombre bicentenario” publicado en 1976, ya no es ficción y ahora estas inteligencias están llevando a cabo tareas que no esperábamos, nada más, pero tampoco menos, que la acción de contarnos cuentos.
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