Descubrir escritores mexicanos o latinoamericanos desde la mesa de novedades es todo un reto; no porque en las mesas no haya de repente algún autor novel que no nos suene familiar, sino porque estas mesas son apenas la punta de un iceberg que esconde en las profundidades obras que merecerían alcanzar la superficie más pronto que tarde. Pero la esperanza para estos autores está muy lejos de estas pequeñas mesas en las que la posición es producto de factores que en general van más allá de temas puramente literarios. Entonces uno va a las revistas especializadas en busca de tinta fresca.
Internet parece ser pues la vitrina más viable para que muchos de estos autores latinoamericanos lleguen a un público más amplio. Es cierto que desde las bitácoras (blogs) electrónicas existe la posibilidad de difundir obras y autores que de otra forma no conoceríamos, pero este formato depende tanto del tiempo y gustos del creador que después de algunos años terminan siendo abandonadas por falta de tempo o interés.
En México, la Fundación para las Letras Mexicanas, en conjunto con la Secretaría de Cultura, crearon la Enciclopedia de la Literatura en México (de la que ya hablamos aquí), la página recibe un promedio de 3 mil visitas al día y se descargan entre 500 y mil libros diarios, el catálogo llega al día de hoy más de 235 mil obras que abarcan desde el siglo XV hasta nuestros días, en algún momento un secretario de cultura propuso, en la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, llevar el modelo de la Enciclopedia Mexicana a Iberoamérica. Idea que sigue en el aire y que, de concretarse, la Enciclopedia Iberoamericana contendría uno de los acervos literarios más grandes del mundo y se esperaría la presencia de cada país de la región.
El potencial es enorme, pero parece que no ha sido tomado con el entusiasmo y seriedad necesarios. En el caso de la Enciclopedia Mexicana cumple en cuestión de catálogo, pero podría ser algo más, ¿debería México hacer suyo el proyecto
latinoamericano? No es descabellada la idea. Por lo pronto la enciclopedia en línea con la que contamos es un referente para la consulta y descarga de miles de autores nacionales, pero en general se llega ahí buscando algo en concreto, como en cualquier biblioteca. No estaría de más irle dando difusión a los autores menos conocidos a través de la página y su extensión en las redes sociales que, dicho sea de paso no congregan un número de seguidores digno de la envergadura del proyecto; promover activamente las letras mexicanas a través de esos autores para ir saliendo poco a poco de los cánones oficiales que, aun con sus ventajas, han limitado ferozmente la obra miles. Sin duda es a partir de estos proyectos, que tienen una posibilidad de exhibición y supervivencia mayor, que la literatura nacional y latinoamericana puede posicionarse en el lugar que le corresponde.