El arte digital no se limita sólo al uso de poderosas aplicaciones diseñadas para “pintar”; muchos de estos programas buscan emular la experiencia física y hacen uso de pinceles electrónicos, tabletas a modo de lienzos, superficies digitales que emulan texturas, o aditamentos para imitar la sensación del papel en vez del cristal de la pantalla; podemos decidir cuánta agua poner a nuestra acuarela o cuánto aceite a nuestros óleos, incluso se puede elegir desde dónde le dará la luz a nuestra “pintura”, o usar la gravedad (a través de los giroscopios) para que las pinceladas de acuarela chorreen por la pantalla; podemos imitar prácticamente cualquier material: desde el grafito hasta el aerosol, papel, lienzo o metal; y tenemos a la mano millones de colores para usar, o crear una paleta de colores precisos a partir de una imagen.
Claro, hay quienes buscan el lado menos práctico y hacen un trabajo técnico cuasi artesanal en sus obras, no conformándose con las herramientas existentes sino explorando en “materiales” electrónicos no concebidos para hacer arte, como una plantilla de Excel, por ejemplo (busque mi columna “Moving Ukiyo-e”, del 19 de septiembre de 2018). Tampoco hay que perder de vista que de una u otra forma la tecnología (entendida como un conjunto de conocimientos, instrumentos y métodos revolucionarios) ha cambiado la manera de hacer arte desde siempre; el óleo fue un (re)descubrimiento que cambió radicalmente el arte a partir del siglo XIV.
Usar un pincel electrónico sobre una tableta, o incluso rellenar con colores celdas de Excel podrían parecer formas naturales, en el contexto de nuestros tiempos, para hacer arte digital; usar códigos informáticos, no tanto. Y es que a veces no basta con tener conocimientos de estética, composición, o teoría del color, en el caso del arte a partir de lenguaje informático también hay que saber de programación, eso es lo que hace la artista Diana Smith; invito a que la busque en Google.
La pintura digital que crea esta artista es a través de CSS y HTML, dos de los lenguajes más usados para crear páginas en Internet. La manera más fácil de explicar cómo funciona es imaginar que todo lo que he escrito para usted en esta columna se va a traducir en formas y colores a la hora de volcarlo en una página web, por supuesto, para que la página tradujera de manera correcta hay que usar un lenguaje en particular. Crear de esta manera implica ir, en cierta forma, a tientas, ya que la artista no puede ver en tiempo real su obra; al final, lo que vemos no es un archivo de imagen, o una captura de pantalla, sino la interpretación que el navegador de Internet le da al código original, esto implica que incluso la obra cambie al usar distintos navegadores.
La obra de Diana Smith es figurativa y está inspirada en los retratos clásicos del siglo XIX, también recuerda un poco a los retratos bidimensionales del art decó de Lempicka, o al pop art del siglo XX, con los que crea lazos comunicantes. Las pinturas de Smith son entonces obra sin grandes pretensiones, pero con una complejidad intrínseca en su original técnica, prácticamente lo que hace es pintar desde un lenguaje, pinta con palabras desde el teclado.
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