Un estudio reciente realizado por la Universidad de Pittsburgh ha revelado que lectores con poca experiencia en poesía tienen dificultades para distinguir entre versos generados por inteligencia artificial (IA) y los escritos por autores reconocidos como Emily Dickinson o William Shakespeare. Además, tienden a valorar mejor las composiciones creadas por IA, según los resultados publicados en la revista Nature.
La investigación, que involucró a más de 1,500 personas, sugiere que esta tendencia puede deberse a dos factores principales. En primer lugar, los lectores parecen confundir las incoherencias o errores ocasionales de la poesía generada por IA con la complejidad estilística propia de los autores humanos. En segundo lugar, los participantes podrían estar subestimando la capacidad de la IA para generar textos que emulan emociones humanas de manera convincente.
Metodología del estudio
El experimento principal se llevó a cabo con un grupo de 1,634 personas, quienes leyeron diez poemas presentados en orden aleatorio. Cinco de estos textos fueron escritos por poetas como T.S. Eliot y Lord Byron, mientras que los otros cinco fueron creados por ChatGPT 3.5 imitando el estilo de los mismos autores. Los resultados revelaron que los participantes tenían mayor probabilidad de atribuir a autores humanos los poemas generados por IA. Sorprendentemente, los textos menos identificados como “humanos” fueron, de hecho, los escritos por poetas auténticos.
Un segundo experimento, realizado con 696 personas, buscó evaluar las composiciones basándose en 14 características, incluyendo calidad, belleza, emoción, ritmo y originalidad. Los poemas generados por IA obtuvieron puntuaciones más altas en cualidades como ritmo y belleza, lo que contribuyó a su identificación errónea como obras humanas.
La influencia de la autoría percibida
Los voluntarios fueron divididos en tres grupos: a uno se le informó que los textos eran escritos por humanos, a otro que provenían de una IA, y al tercero no se le proporcionó información sobre la autoría. Este último grupo valoró más positivamente los poemas generados por IA, mientras que aquellos que creían que los textos eran producto de una máquina asignaron puntuaciones más bajas, independientemente de la verdadera autoría.
Los investigadores concluyen que los participantes podrían preferir los poemas de IA debido a su simplicidad y accesibilidad, características que los diferencian de la complejidad estilística de los grandes poetas. Además, los lectores parecen interpretar erróneamente su preferencia por textos más fáciles de comprender como una señal de que estos fueron escritos por humanos.
Este estudio pone de manifiesto los desafíos de evaluar la creatividad en un mundo donde las máquinas son capaces de generar textos cada vez más sofisticados. Si bien los participantes reconocen la poesía humana como más compleja, parecen valorar más la claridad y el impacto emocional inmediato que ofrecen los versos generados por IA.
El debate sobre el lugar de la IA en el arte y la literatura continúa, pero este estudio sugiere que la tecnología está comenzando a cerrar la brecha en un terreno que durante siglos se ha considerado exclusivamente humano.