La contienda entre la industria musical y la inteligencia artificial ha alcanzado un nuevo y preocupante crescendo. Un millar de artistas británicos, nombres consagrados que resuenan con la fuerza de himnos generacionales – Kate Bush, Annie Lennox, Damon Albarn, Hans Zimmer, entre muchos otros – han alzado la voz, o mejor dicho, han optado por el mutismo, lanzando un álbum conceptual compuesto íntegramente por silencio.

La raíz de esta insólita iniciativa se encuentra en la controversial propuesta del gobierno británico de modificar las leyes de copyright. Bajo el pretexto de “atraer a más empresas de IA”, se plantea una reforma que permitiría entrenar modelos de inteligencia artificial con contenido artístico disponible en la red sin solicitar permiso ni abonar compensación alguna a sus creadores. La trampa legal, como bien apunta TechCrunch, reside en que los artistas deberían “excluirse activamente” si desean proteger su obra de esta voracidad algorítmica. En otras palabras, la carga de la prueba recae sobre el creador, quien debe demostrar que no desea que su trabajo sea utilizado, en lugar de ser consultado y remunerado por su uso.

El proyecto, titulado Is This What We Want? (¿Es esto lo que queremos?), se presenta como una obra musical conceptual donde la ausencia de sonido es la protagonista absoluta. En lugar de melodías, ritmos o armonías, el álbum contiene grabaciones de estudios y espacios de actuación completamente vacíos. Esta elocuente metáfora evoca con claridad el futuro desolador que aguardaría a la industria musical si se aprueban estas leyes.

Este movimiento de protesta resuena con otras iniciativas similares que ya están tomando forma en Estados Unidos, confirmando que la inquietud y el problema son de alcance global. Al frente de esta ingeniosa campaña se encuentra Ed Newton-Rex, una figura singular que conoce a fondo ambos lados de la moneda. Con formación de compositor clásico, Newton-Rex fundó Jukedeck, una plataforma de composición musical basada en IA que triunfó en la competición TechCrunch Startup Battlefield en 2015.

Ahora, lidera una cruzada que ya ha recogido más de 47.000 firmas de creadores, casi 10.000 de ellas en las últimas cinco semanas. Su experiencia en el campo de la IA musical le otorga una autoridad innegable para denunciar los peligros de esta legislación propuesta.

La indignación de los artistas se centra en la imposibilidad práctica de “excluirse activamente”. La realidad es que no existe un método efectivo para rastrear y bloquear el uso de su material creativo en los sistemas de entrenamiento de la IA. Como bien señala Newton-Rex, esta ley podría “entregar entre el 90% y el 95% del trabajo de las personas a las empresas de IA, sin duda”, sin compensación ni reconocimiento. Esta situación resulta especialmente sangrante en el contexto de la ya precaria situación de los músicos independientes, para quienes las plataformas de streaming, lejos de ser una fuente de ingresos sustancial, se han convertido en escaparates que ofrecen escasa rentabilidad económica.

El álbum Is This What We Want? ya está disponible en las principales plataformas digitales, y todos los ingresos generados se destinarán a la organización benéfica Help Musicians. Queda por ver si este elocuente silencio logra resonar con mayor fuerza que todos los discursos y argumentos, y si el gobierno británico finalmente abrirá los oídos a las protestas.

herles@escueladeescritoresdemexico.com

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