La vuelta de vinilos y tornamesas en la era hípster son una clara muestra de que la nostalgia vende, aunque quizá muchos de esos fanáticos de menos de 30 años nunca estuvieron en contacto con estos elementos, es una nostalgia prestada o, sin eufemismos, una pose. Los vinilos son tal vez el ejemplo más claro de la búsqueda de memorias a través de la tecnología de otra época, pero no el único: hay un mercado de videocasetes VHS cuasi millonario en páginas como eBay; también un resurgimiento de cámaras instantáneas que prometen sacar fotos de mala calidad a costos de cámaras semiprofesionales; se relanzan consolas de videojuegos de los 80 y 90 que se agotan en minutos. Tecnologías obsoletas que no sólo se buscan en los mercados de antigüedades, se siguen fabricando; esta “nostalgia a través del objeto antiguo” tiene más éxito que, por ejemplo, otra que podría tener efectos similares: una película de los 80 remasterizada a 4K puede costar menos que un VHS de la misma época, con todos sus defectos. Sí, salvo en el caso de algunos hípsters adolescentes, este mercado está dirigido a los que ya pasamos desde hace algunos años el tercer piso. Pero la nostalgia es un fenómeno extraño en estos tiempos, y no hace falta tener 40 o 50 años para recurrir a ella y buscarla en la tecnología de otra época.

Desde hace algunos años, en YouTube se ha venido dando un curioso fenómeno entre usuarios que no suelen llegar a los 30 años, un fenómeno relacionado con el llamado LoFi, o de baja fidelidad. El LoFi no es simplemente una canción que por su origen viejuno suena con una calidad lamentable; hablamos más bien de melodías alteradas para sonar mal, en general con un famoso programa llamado iZotope, con el que se le agrega ruido, distorsiones y otros efectos para sonar antiguo; estas melodías se ilustran con un gif infinito que invita también a la “nostalgia”; los más famosos tienen temática de videojuegos (modernos) o personajes de anime. Al ser un producto más bien millenial, el LoFi hace referencias sobre todo a temas auditivos y visuales que surgieron en los 2000. El LoFi tiene sus géneros, el más famoso es el LoFi hip hop, pero también está el “chillpop”, dedicado sobre todo a crear un ambiente “nostálgico” propio para ponerse a estudiar o jugar en línea. Uno de los canales más famosos de estas radios en YouTube es ChilledChow, que cuenta con más de un millón de suscriptores, pero no es difícil toparse con algunos otros que llegan a números igual de impresionantes. Estos canales buscan que sus usuarios revivan memorias relacionadas con, por ejemplo, programas que veían en Cartoon Network o Toonami, y hacen uso de las bandas sonoras de caricaturas famosas para esa generación, con público que rondan los 20 años. Es difícil para alguien de otra generación entender a plenitud cuáles son los procesos en los que se mueve esta nueva nostalgia que los fanáticos del LoFi encuentran en vivencias que tuvieron quizá no más de un lustro atrás; quizá sea una combinación de, por un lado, haber vivido (y estar viviendo) en una época de sobre exposición a lo audiovisual y ver, por otro lado, el boom del retorno de las tecnologías anteriores.

herles@escueladeescritoresdemexico.com

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