El próximo 10 de abril nuestro país vivirá, sin duda alguna, un ejercicio democrático adecuado a la modernidad y al reclamo de una sociedad activa: la primera consulta sobre Revocación de Mandato. Este ejercicio democrático es y debe ser una fiesta social, en la que cada uno de los mexicanos ejerzamos nuestro derecho, pero aún más, que cumplamos con una obligación civil a favor del México que queremos. Este acto es a favor de la propia democracia.
Los repetidos intentos del Instituto Nacional Electoral (INE) para evitar que se concrete esta fiesta de los ciudadanos, no rindieron frutos; y todos habremos de manifestar nuestra voluntad mediante la respuesta que cada participante así decida.
Los embates en contra del Ejecutivo federal, por parte de sus adversarios políticos, no han hecho mella en la popularidad y simpatía del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las encuestas más recientes lo colocan por encima de los 60 puntos de aceptación, lo que equivaldría a que, de cada diez mexicanos, seis reafirmarían su convicción de que el jefe del Ejecutivo continúe encabezando la transformación de México.
El domingo 10 de abril, a pesar de que es una fecha importante en el calendario litúrgico, seguramente el pueblo de México, comprometido con la democracia, habrá de destinar un espacio para ejercer el derecho y la obligación en pro de la democracia mexicana.
Son muchas las cosas que ya se han presentado como un obstáculo para que la gran mayoría ejerza este derecho. El INE, como siempre, reclamó mayores ingresos del erario para cumplir con esta obligación constitucional y al no haber obtenido el total de lo que reclamaba, reducirá el número de centros de votación a lo largo y ancho de la república mexicana. No obstante, seguro será una fiesta democrática y seguro la participación ciudadana se dejará sentir.
Andrés Manuel López Obrador es el primer presidente que representa a la izquierda mexicana, su actuar involucra a todos aquellos que hemos defendido y luchado por lograr que, hoy, la izquierda mexicana promueva la tan anhelada justicia social. La unidad en torno a un proyecto nacional debe ser la motivación mayor para que la izquierda una sus esfuerzos y deje atrás rencillas y conflictos estériles.
Ojalá que se imponga el supremo interés del bien de México y todos aquellos que creemos en la democracia y el respeto a la voluntad popular realicemos el esfuerzo necesario para permitir que este 10 de abril se convierta en un día en el que la lucha democrática se consolide.
Las 32 entidades que conforman la república mexicana vivirán un movimiento social que debe ser interpretado como un avance más en la democracia mundial.
De refilón
Acá por el estado de San Luis Potosí actores políticos y con poder económico implementaron, en modestos medios, una campaña en contra del gobernador de esta entidad, Ricardo Gallardo Cardona. Es comprensible que estos adversarios, muchos de ellos dueños de medios informativos, pretendan descalificar al gobierno que encabeza Gallardo Cardona con el fin de obtener el apoyo económico que en anteriores administraciones recibían, el famoso “chayo”. El actual gobernador ha resistido embates desde hace muchos años, los cuales en lugar de debilitarlo lo han fortalecido y vinculado aun más con la clase que representa, la clase popular, lamentablemente, la que más abunda en el territorio nacional. Ricardo Gallardo, El Pollo, se ha venido consolidando a nivel nacional como el gobernador mejor evaluado desde que inició su gestión al frente del gobierno potosino. Ante este hecho, es comprensible que sus adversarios promuevan falsedades y calumnias para intentar mitigar esa frustración de la que son objeto.