El 30 de octubre de 2018 la Marina estableció cercos de vigilancia en Santa Fe y Narvarte. La Agencia de Investigación Criminal iba a detener aquella noche a los líderes principales de la Unión Tepito , David García Ramírez, El Pistache, y Daniel Eduardo León Cifuentes, El Tiger.
El operativo había sido diseñado, también, para que los jefes de las principales células de La Unión , que aquella noche iban a reunirse en una casa ubicada en la esquina de Zempoala y Obrero Mundial, fueran aprehendidos por los agentes federales. Se sabía que iban a asistir a la junta los encargados de la extorsión y la venta de droga en Polanco, la Condesa, Santa Fe, Satélite y Narvarte.
Al Pistache y al Tiger los sorprendieron en un lujoso departamento de Santa Fe, comiendo pizzas y viendo miniseries. La detención en Zempoala resultó más complicada. Los jefes de célula, que aquella noche hacían cuentas sobre las ganancias de la semana, bebían y consumían su droga favorita: la 2BC o cocaína rosada.
Uno de ellos, conocido como Noriega, abrió fuego cuando los agentes irrumpieron en la casa. Otros dos: un
hombre de apellido Vera, y otro conocido como El Bandido, se encerraron en una habitación del segundo piso. Ambos intentaron saltar por la ventana hacia la azotea de un inmueble contiguo. Vera no lo consiguió y cayó sobre el toldo de un coche que se hallaba en el sótano.
El Bandido sí lo hizo. Parece que atravesó un domo, logró ganar la calle y luego escapó a bordo de un Bora. La policía supo después que se había dirigido a la colonia Gabriel Hernández.
El nombre del Bandido es Eduardo Clemente Zaleta. Su rostro está lleno de marcas y escoriaciones, a causa de una infección crónica en la piel (a causa de eso le apodan también El Cara Puerca ). Ha tenido diversos ingresos a centros penitenciarios, uno de ellos en 2012, por robo.
Agentes que le siguieron la pista aseguran que El Bandido comenzó como vendedor de droga , “hasta que El Pistache lo jaló como operador y sicario”. Se le acusa de haber participado, al lado de Andrés Felipe Munera, El Colocho o El Colombiano, en la ejecución de dos hombres que fueron hallados con la palabra “CHAPULÍN” rayada en la espalda —dentro de una camioneta abandonada en septiembre de 2018 en Álvaro Obregón.
Tras el operativo de Zempoala se perdió de vista durante algunos meses. El Colombiano hacía la distribución y el cobro de la droga. Trabajos de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana revelaron que dormía en hoteles y rentaba departamentos a través de Airbnb, los cuales no ocupaba más de dos o tres noches. Iba de Polanco a Narvarte, y del Ajusco a Héroes de Padierna.
El 28 de mayo de 2019, la AIC detuvo a Pedro Ramírez Pérez, El Jamón, que había heredado el liderazgo de la Unión tras la caída de El Pistache y El Tiger.
Una parte de la operación del grupo criminal recayó entonces en El Bandido. Las órdenes de Roberto Moyado Esparza, El Betito , así como del Jamón y El Pistache , le llegaban por teléfono celular desde el reclusorio oriente, gracias al sistema de corrupción que ahí sigue imperando. Agentes de investigación sostienen que El Bandido recaudaba el dinero de la extorsión y la venta de droga en la Condesa, la Roma, Satélite, Polanco y diversos antros de la zona de Coapa. Citaba a su gente los lunes a la medianoche, en diversas esquinas de la ciudad. El intercambio de dinero o de droga duraba solo unos segundos. Muchas veces, El Bandido enviaba a sus allegados a realizar estas actividades.
“Ya no se dejaba ver”, relata un agente que participó en la investigación. Otras versiones, sin embargo, señalaban que operaba sin ser molestado desde bares de la colonia Condesa.
Se cree que en mayo de este año El Bandido participó, al lado del Colombiano, en el asesinato de un corredor de drogas de la Condesa, Víctor Vázquez Alor, conocido como El Alor, al que la Unión acusó de haber delatado a varios de sus miembros.
Fue detenido el lunes pasado, a las 14 horas, sobre Avenida Patriotismo. La versión oficial señala que se hizo una denuncia por extorsión desde La Condesa. Las cámaras del C2 y el C5 ubicaron a los dos vehículos que habían participado: un Camaro Azul y un Mercedes Benz. Ambos zizagueaban por Patriotismo. Un vehículo de la SSC se les adelantó, y luego bruscamente bajó la velocidad. Mientras tanto, otras dos unidades de la policía se colocaron a derecha e izquierda del lujoso convoy.
Al advertir el movimiento, uno de los acompañantes del Bandido levantó un arma larga. Fue entonces cuando los agentes bajaron de las unidades: “Somos policías”, les dijeron.
Los agentes dicen que El Bandido se enfureció, que les ofrecieron cien mil pesos, así como el Camaro y el Mercedes Benz, que amenazó incluso con averiguar quiénes eran, para mandar matarlos.
En mayo de este año, la PGJCDMX informó que buscaba a 13 miembros de la Unión. Uno de ellos era El Bandido.
Los otros siguen libres, y operando.
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