Cerca de las doce de la noche del martes 17 de septiembre, sujetos a bordo de una motocicleta se aproximan a una vecindad ubicada en la colonia Doctores. Minutos más tarde, las autoridades reciben el reporte de una balacera que ha dejado varias personas lesionadas.
Los oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que acuden al lugar, encuentran, dentro y fuera de la vecindad, a seis personas moribundas. Hombres y mujeres de entre 37 y 41 años de edad. Hay también dos heridas, una mujer de 65 y una niña de cinco años.
Las sirenas de las ambulancias retumban en la noche de la Ciudad de México. Se dirigen a los hospitales Balbuena, Rubén Leñero, Enrique Cabrera y Federico Gómez Santos. Pero nada puede hacerse por los moribundos. Todos pierden la vida a consecuencia de las balas.
La mayor parte de estos formaban parte de una misma familia. Los occisos llevan los apellidos Mondragón o González.
Por las declaraciones de un testigo, y a través de las cámaras de vigilancia, es posible rastrear y ubicar la motocicleta.
La policía la localiza en la esquina de Doctor Barragán y Ángel de Campo. Ahí es detenido un menor de 14 años quien, según el parte oficial, entrega la ubicación de otros dos agresores. Estos últimos son detenidos en la calle Pedro Miranda. Llevan entre las ropas dos 9mm.
De acuerdo con la investigación, el 12 de agosto fue asesinado un sujeto apodado El Toqui en las inmediaciones del Mercado Hidalgo. Lo acribillaron desde una motocicleta negra, por un asunto de cobro de piso a franeleros. Los asesinos fueron detenidos calles adelante. Eran dos jóvenes de 19 y 23 años. Uno de ellos se llamaba Guillermo Yampol González Mondragón: los mismos apellidos que llevaban las víctimas de la vecindad ubicada en Doctor Norma.
Este de ajuste de cuentas revela que la guerra por las calles de la CDMX no terminó con la detención de los principales líderes de la Unión Tepito y la Fuerza Anti Unión. Por el contrario. Vive ahora uno de sus momentos más cruentos. El 8 de septiembre hubo una balacera en el Foro San Ángel, durante un concierto de música electrónica. Miembros de la Unión abrieron fuego en un lugar abarrotado de jóvenes. Un distribuidor de drogas, que intentaba escapar, perdió la vida de un tiro en la cabeza. Dos personas más resultaron heridas.
Este fin de semana, un líder de comerciantes del Centro Histórico, apodado El Pozoles, fue asesinado de ocho disparos.
Este Pozoles era tío, nada menos, que del jefe de sicarios de la Unión Tepito al que apodan del mismo modo —El Pozoles—, y cuyo nombre es Brayan Mauricio González (el mismo al que detuvieron hace unos meses y se acusa del asesinato de la escort venezolana Kenny Mireya Finol).
Según testigos, cuatro hombres a bordo de dos motocicletas cazaron al líder de comerciantes, quien fue llevado moribundo al hospital Rubén Leñero. Las autoridades afirman que no han hallado vínculo alguno entre el tío del Pozoles y el crimen organizado. Entre los comerciantes de Tepito, sin embargo, los nexos del difunto eran bien sabidos: el periodista Carlos Jiménez ha recordado que este sujeto era el encargado de las extorsiones a comerciantes de origen chino.
Hace apenas unos meses, el 5 de mayo pasado, otro líder de comerciantes fue acribillado a las puertas de su casa. Se trata de Raymundo López Pérez, líder de vendedores establecidos y ambulantes. A López Pérez lo esperaron dos jóvenes. Uno, recargado en un puesto de jugos; otro, paseando en la motocicleta en que ambos huyeron después de darle siete tiros.
El líder de comerciantes había entregado al gobierno de la ciudad una lista con los nombres de los extorsionadores de la Unión. El documento fue filtrado al crimen organizado desde la misma procuraduría.
Ese mes, 14 miembros de la Unión fueron ejecutados en calles del barrio bravo.
El pasado 2 de agosto, dos narcomenudistas que acababan de asesinar a un joven fueron detenidos en la calle Jesús Carranza. Seis personas a bordo de motocicletas llegaron a rescatarlos. Ofrecieron a los agentes 30 mil pesos, y se presentaron como “la mano derecha” del nuevo líder de la Unión: un individuo al que apodan El Lunares.
Los indicios de la guerra que libran los grupos criminales por el control de las calles de la CDMX brotan aquí y allá, sin que nada pueda contenerlos. Lamentablemente, anuncian la llegada de días negros: días negros sobre la ciudad.