A finales de octubre pasado, mediante la filtración masiva de documentos de la Sedena por parte del colectivo Guacamaya, se dio a conocer un documento de inteligencia militar que trazaba el mapa del narcomenudeo en la Ciudad de México.
De acuerdo con la información enviada al Centro Coordinador de Fusión de Inteligencia Militar, en la capital del país hay prácticamente una narcotienda por cada escuela (según el Inegi, hay cerca de diez mil planteles públicos y privados).
El documento advertía que ese voluminoso mercado era operado por una decena de grupos criminales entre los que figuran la Unión Tepito, la Fuerza Anti Unión, el Cártel de Tláhuac, el Cártel Jalisco, Ronda 88, Los Rodolfos y Los Tanzanios.
Para los militares, el narcomenudeo tenía en la ciudad tres grandes centros de operación: las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. Había también varios puntos de llegada y de almacenamiento de la droga: el aeropuerto capitalino, la Central de Abasto y la terminal de los ferrocarriles de carga.
Fue un documento que causó revuelo. Solo en Cuauhtémoc se habían ubicado 87 narcotiendas: la colonia Centro tenía 27, la Guerrero 26, la Morelos 19.
Había cinco narcotiendas operando en la colonia Roma, algunas de ellas en puntos tan visibles como la esquina de Insurgentes y Querétaro, y la esquina de Álvaro Obregón y Córdoba.
La filtración coloreaba de modo alarmante el mapa del narcomenudeo en la ciudad.
Con el homicidio, la extorsión y la trata de personas, el narcomenudeo es uno de los delitos que ha alcanzado máximos históricos durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Según datos ofrecidos por el Observatorio Nacional Ciudadano, la tendencia nacional de este delito continuó al alza durante el primer trimestre de 2023. Y los números son de terror.
En San Luis Potosí, por ejemplo, el narcomenudeo creció 304.1% con relación al primer trimestre de 2022.
El crecimiento durante los primeros tres meses de 2023 fue de 169% en Nayarit, de 109.27% en Oaxaca, de 83.27% en Querétaro y de 62.71% en Nuevo León.
En algunos lugares, como León, Guanajuato; Playas de Rosarito, en Baja California, y Vallecillo, en Nuevo León, se reportaron tasas 11 veces mayores a la media nacional.
El problema no solo se ha desbordado en Guanajuato y Coahuila, que son las entidades con mayor número de carpetas abiertas. Según la Encuesta de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, Envipe 2022, en el estado de Chiapas el consumo de drogas es la conducta delictiva que más atestigua la población de 18 años y más en los alrededores de su vivienda.
En dicha entidad se ha documentado en los últimos años el aumento de las adicciones y el narcomenudeo. No en balde el propio gobierno federal ha admitido la existencia del llamado Cártel Chamula.
Chiapas tuvo el primer lugar en decomisos de estupefacientes en 2021. Según los datos entregados por la fiscalía de justicia del estado, en el primer trimestre de 2022 se reportó un crecimiento del narcomenudeo de más de 400%. Al cierre de ese año, el número de carpetas relacionadas con ese delito había crecido 18%.
Hay otra manera de ver el problema: entre enero y mayo de 2018, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, se iniciaron en el país 7 carpetas por narcomenudeo cada hora. Entre enero y mayo de 2021 el número de carpetas reportadas fue de diez cada hora.
En los primeros tres años de esta administración, el narcomenudeo creció 45% y preocupaba sobre todo en entidades como Puebla, Michoacán, Sonora, Baja California y Nuevo León.
El Observatorio Nacional Ciudadano lo ubica entre los 11 delitos que han crecido bajo este gobierno, en una lista en la que aparecen el feminicidio, la extorsión, la desaparición de personas, la trata, la violación, el robo a negocio y la violencia familiar.
Desde mayo de 2021 se dio a conocer un informe del gobierno de Estados Unidos que señalaba el preocupante fortalecimiento de los cárteles y la notoria lasitud con la que el gobierno de México los enfrentaba.
Al cruzar los documentos militares filtrados por Guacamaya con las cifras del Inegi, de la Envipe 2022 y de organizaciones como Causa en Común y el Observatorio Nacional Ciudadano, aparecen claramente los efectos provocados por un gobierno que se dedicó a abrazar a los cárteles.
El aumento del narcomenudeo en prácticamente todos los estados del país, no habla de otra cosa sino de la expansión y el control territorial que en México han establecido estos grupos: dueños y señores, como nunca durante estos años, de regiones, pueblos, vidas, ciudades.
Las cifras históricas de homicidios, desapariciones, trata y narcomenudeo son el termómetro que mide de manera fiel la expansión criminal en tiempos de AMLO.