Al más puro estilo de la mafia, Ismael El Mayo Zambada hizo pública una nueva carta desde la cárcel de Nueva York en la que emplazó al gobierno mexicano para que, “por razones de soberanía”, frene el proceso “irregular e ilegal” que se le sigue en Estados Unidos —y que, según se ha anunciado, puede conducirlo a la pena de muerte—, y litigue su repatriación a fin de que no ocurra “un colapso” en la relación entre México y Estados Unidos.

En el documento de 33 páginas firmado por Zambada —el narcotraficante activo e impune durante medio siglo, y a lo largo de varios sexenios—, la amenaza de que se producirá un colapso no puede ser sino el mensaje, tanto para México como para Estados Unidos, de que de ninguna manera piensa irse solo a la cámara de la muerte.

Zambada subrayó que el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene la obligación de “intervenir y exigir garantías formales de que no se me impondrá la pena de muerte. Esta exigencia no es opcional”, escribió.

La carta del Mayo provocó desMayos. La presidenta de México desató una fuerte polémica al concederle a Zambada la razón en un punto “que tiene que ver con la soberanía”: “Más allá del personaje, de la persona, de lo que está solicitando, más allá de sus delitos —dijo—, el asunto es cómo se da esta detención”.

Agregó Sheinbaum: “Más allá de esta persona y los delitos que haya cometido, el asunto es el derecho de un ciudadano mexicano a ser juzgado allá sin haber seguido todo el procedimiento” (sic).

En la primera página del documento del Mayo Zambada venía oculta una verdadera granada de fragmentación. La revelación de que había designado como sus asesores jurídicos a los abogados Juan Pablo Penilla Rodríguez y Juan Manuel Delgado González.

Penilla, oriundo de Tampico, Tamaulipas, así como Delgado González, han sido ubicados como abogados defensores de Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, líder de la terrible organización, Los Zetas, que en la primera década del siglo bañó de sangre y de muerte el territorio nacional —y luego dio paso a la creación del Cártel del Noreste, uno de los grupos criminales designados como organizaciones terroristas por el gobierno de Donald Trump.

Apenas en septiembre de 2024, en una rueda de prensa concedida al lado de uno de sus socios de despacho, Sergio Arturo Ramírez Muñoz —afiliado desde 2018 a Morena—, estos abogados solicitaron al gobierno federal que el Z-40 no fuera extraditado a los Estados Unidos: alegaron que el exembajador Ken Salazar lo había señalado como criminal y asesino, y que esto predisponía a las personas que eventualmente conformarían el jurado que debía declararlo culpable o inocente. Alegaron también que algunos testigos protegidos se habían referido al Z-40 como un individuo “10 centímetros más alto” que Treviño, por lo que podrían estar hablando de un homónimo.

Como diría el clásico: lo mejor es lo peor que se puso todo.

El panista Jorge Triana difundió un documento firmado el 10 de enero de 2023 en el que el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, en ejercicio de las facultades que le otorga el artículo 91 de la Constitución del Estado, tuvo a bien designar al defensor del Z-40, Juan Pablo Penilla Rodríguez, como su asesor honorífico.

Tamaulipas, como se sabe, es el bastión del Cártel del Noreste. En Tamaulipas, Penilla —nombrado en 2020 como uno de los 300 líderes más influyentes de México por la revista Líderes—, ha sido señalado por políticos locales como el vínculo del Z-40 y su grupo con la clase política y el poder judicial del estado. Según fuentes de seguridad consultadas, su poder es tal que ha logrado detener una y otra vez la extradición de Treviño Morales, preso desde 2010.

En la entrevista concedida a la revista Líderes, él mismo afirma que desde 2004 maneja casos penales “de alto nivel” a lo largo de la República. A un año de su nombramiento como asesor de Américo Villarreal, otro de los gobernadores de Morena a los que rodea la sombra de relaciones inconfesables, un acuerdo publicado en el Diario Oficial del estado dejó “sin efectos los nombramientos de asesores honoríficos expedidos con anterioridad”: el golpeteo contra el gobernador, a consecuencia de esta relación, iba en aumento.

Cuando la carta de El Mayo explotó, Américo Villarreal mintió con la verdad y posteó: “El gobierno de Tamaulipas informa que el licenciado Juan Pablo Penilla Rodríguez no es servidor público, ni asesor honorífico del gobierno estatal”.

Penilla fue galardonado por diputados y senadores que hoy dicen no conocerlo. “Les da penilla”, es el chiste que hoy se escucha en Tamaulipas. El panista Federico Döring publicó fotos de este en actos con AMLO. Hay otras con Sheinbaum y con Monreal

Todo lo anterior es público: el abogado de El Mayo es el abogado del Z-40 y hay entonces un punto de contacto entre Tamaulipas y Sinaloa: el punto de contacto que ya había revelado el caso del Rey del Huachicol, Sergio Carmona, en el que figuran altos funcionarios de Morena. En los días que vienen se tendrá que averiguar por qué.

Mientras, “esta exigencia no es opcional”, emplaza El Mayo.

Y emplaza nada menos que a Claudia Sheinbaum, heredera del tiradero que dejó su antecesor.

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