La reciente inclusión de Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, en la lista de los diez hombres más buscados por el FBI, no puede desvincularse de la búsqueda de acuerdos que los líderes del Cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, detenidos desde junio pasado, están intentando establecer con el gobierno de Estados Unidos.

El FBI acaba de ofrecer una recompensa de 5 millones de pesos por El Chapo Isidro y lo acusa de asociación delictiva para traficar metanfetamina y distribuir cocaína, heroína y mariguana en Estados Unidos.

Los movimientos de un avión espía de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, especializado en inteligencia, reconocimiento e intercepción de señales, que hace pocos días sobrevoló las costas del Golfo de California, así como áreas del norte de Sinaloa, han sido leídas por expertos en seguridad como una muestra del interés que el gobierno estadounidense tiene por el antiguo lugarteniente de los Beltrán Leyva: un narcotraficante cuyos territorios jamás pudieron ser penetrados por los ejércitos de su enemigo mortal, Joaquín Guzmán Loera, el otro Chapo.

Estos territorios son El Fuerte, Sinaloa de Leyva, Guasave, Choix y Los Mochis. Ya lo dice el corrido que le dedicaron Los Tucanes de Tijuana: “Sus terrenos son sagrados en Los Mochis y Guasave…”.

En su región de influencia, que abarca también parte del Triángulo Dorado, así como extensos territorios de Baja California, El Chapo Isidro pone y quita candidatos, funcionarios, policías.

Es un problema más en la lista inagotable del ya de por sí emproblemado gobernador Rubén Rocha Moya, y de algunos de los mandatarios sinaloenses que lo precedieron.

Tras la oscura operación que dejó al Mayo Zambada y a Joaquín Guzmán López en manos del gobierno de los Estados Unidos, y desató la sangrienta guerra entre Chapos y Mayos, El Chapo Isidro tomó partido por estos últimos y se alió con Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco. Informes de seguridad reporta que células de sicarios enviados por él “bajaron” hacia la zona de Culiacán para reforzar los ejércitos de La Mayiza.

Para los políticos sinaloenses, los motivos de preocupación sobran. Desde hace más de una década, en 2013, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó al Chapo Isidro en su lista de cabecillas de organizaciones extranjeras dedicadas al tráfico de drogas. Ya desde un par de años antes se había revelado que la organización a cargo del Chapo Isidro era abastecida de armamento y equipo táctico por ex oficiales del Ejército, quienes además entrenaban a sus sicarios.

Prácticamente desde sus inicios en el narcotráfico –es de la generación de El Mayito Flaco y de Iván Archivaldo Guzmán–, Meza Flores formó parte de la organización criminal de los hermanos Beltrán Leyva, misma que rompió en 2008 con El Chapo Guzmán y llevó al Cártel de Sinaloa a su primera crisis verdaderamente seria.

El Chapo Isidro llegó a ser considerado brazo derecho de Héctor Beltrán Leyva. A la captura de este, en octubre de 2014, se había convertido ya en un narcotraficante que tenía a su cargo vastas regiones y estaba al frente de la guerra contra El Chapo Guzmán.

La Marina se lanzó con todo contra él en julio de 2014. La inteligencia de Estados Unidos había detectado un tráfico intenso de barcos sospechosos en la zona donde El Chapo Isidro tenía su santuario. Ese año la Marina diseñó un operativo para capturarlo y sostuvo en Guasave un enfrentamiento que duró varios días y dejó al menos 12 muertos. Pero no lo hallaron.

Su historial incluye el escape de varios operativos, asesinatos a manos llenas de rivales y policías ministeriales, la asistencia a una supuesta cumbre de capos en la que también estuvieron presentes Vicente Carrillo Leyva, del Cártel de Juárez; Omar Treviño Morales, el Z-42, líder de los Zetas, y Nemesio Oseguera, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, y el reparto de juguetes, medicinas, dinero en los sitios de su dominio.

Al ser capturado, uno de sus lugartenientes informó que El Chapo Isidro se había convertido en líder del Cártel de los Beltrán y de los grupos conocidos como Los Mazatlecos y La Oficina.

Bajo el control de su organización están caminos, carreteras, sierras, costas, ejidos, sindicaturas y poblados. Sin embargo, es uno de los narcotraficantes que protegió mejor su identidad a nivel nacional.

Sobre todo en Sinaloa, su inclusión en la lista de más buscados tendrá a varios temblando, y con fuertes dolores de cabeza.

@hdemauleon

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