Fue un asalto en Tepoztlán. El miércoles pasado, un comando armado, de entre 8 y 15 hombres, ingresó al restaurante El Ritual: le quitaron los celulares a las personas que se hallaban presentes —al menos 40—, fueron directo a la caja fuerte, desactivaron las cámaras de seguridad, y a lo largo de 30 minutos se adueñaron de la situación: ordenaron a la gente que se tirara al suelo, le pidieron que no alzara la cara, y huyeron, según los testigos, en varias camionetas.

La policía municipal apareció en el punto del asalto. Según la declaración de las víctimas, los agentes no tenían demasiadas ganas de seguir o localizar a los responsables. Se dedicaron, únicamente, a ganar tiempo.

Fuentes de seguridad del gobierno de Morelos conocen la razón. Desde hace tiempo se sabe que son policías municipales quienes forman parte de una banda que, al menos desde 2023, organizan asaltos a hoteles y casas habitación.

Al menos tres policías municipales de Tepoztlán forman parte de ese grupo criminal, de acuerdo con la información recabada al día de hoy por la fiscalía.

El alcalde, Perseo Quiroz, ha intentado recabar testimonios de las víctimas de robos, secuestros y extorsiones, pero el clima en el municipio es de tal magnitud que nadie se atreve a hablar

La mitad de los alcaldes del estado de Morelos —y Tepoztlán no es la excepción—, de acuerdo con datos de la fiscalía estatal, están vinculados con el crimen organizado: es la herencia que Cuauhtémoc Blanco dejó en el estado.

Hace un año aparecieron los cadáveres de dos personas con huellas de violencia en una calle de Tepoztlán. Para el 20 de febrero de 2024 —y en el antes tranquilo pueblo mágico— se habían cometido siete homicidios a lo largo del año. Aparecían cuerpos maniatados y encajuelados. ¿Cuál era la razón?

Algunos hoteles exclusivos del municipio, que cada fin de semana recibe cerca de 30 mil visitantes, han pedido a sus huéspedes que asistan “con poca joyería” y cuiden sus bolsos. Los propietarios prefieren callar: temen que noticias sobre la violencia, los robos y la inseguridad afecten al turismo.

En octubre de 2023 dos hombres y una mujer fueron asesinados a tiros en el interior de un bar en Tepoztlán. Horas antes, otras tres personas fueron acribilladas en una carretera cercana: las víctimas fueron identificadas como empleados municipales del municipio de Yautepec.

Los visitantes del pueblo mágico encontraron en la carretera el cadáver de un hombre desnudo y torturado. Supieron del asesinato no resuelto de al menos tres taxistas. Oyeron de la muerte de la activista María Fernanda Rejón, cuyo cadáver fue abandonado en la carretera con golpes en el cuerpo.

Hace un mes el cuerpo sin vida de un hombre fue hallado en la carretera Cuautla-Tepoztlán. El 21 de enero otros dos cuerpos con huellas de violencia fueron hallados en Tepoztlán. Uno de estos tenía una bolsa de plástico en la cabeza y había sido maniatado.

En diciembre pasado, en un operativo en la calle Emiliano Zapata, la fiscalía del estado detuvo a cinco hombres involucrados en una tentativa de homicidio.

Hace años que no se percibía en Tepoztlán un clima de inseguridad como el que se vive hoy.

El asalto en el restaurante El Ritual ha vuelto a despertar todos los miedos en el municipio.

Los dueños del lugar no quieren hablar, las víctimas de robos en hoteles, casas y restaurantes guardan silencio. La razón es simple.

Las autoridades del estado siguen un hilo: son policías municipales quienes encabezan las bandas de robo; una vez más, los ciudadanos son víctimas de quienes debían cuidarlos.

Dicen en el municipio que es otra herencia criminal del siniestro gobierno que permitió que el crimen se empoderara. El asalto en el El Ritual es otra muestra de la manera en que la gente perdió sus pueblos, sus carreteras, sus ciudades.

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