Antes de que lo atacaran el viernes pasado en las inmediaciones del aeropuerto internacional de la Ciudad de México , los sicarios del grupo criminal de Geovanni Yannick Iriarte Martínez , El Alemán, habían intentado matar en dos ocasiones al empresario restaurantero Eduardo Beaven Magaña.
No tuvieron éxito porque el área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México había detectado a través de cámaras del C5 que un grupo de autos, con individuos de aspecto sospechoso, llevaba varios días circulando en las mismas tres o cuatro cuadras de la colonia Polanco.
Aún no había delito, pero los investigadores sabían que algo iba a ocurrir. Establecieron en la zona filtros, seguimientos, patrullajes.
Más tarde sabrían que la célula criminal había decidido que el atentado contra Beaven no podría ser cometido en Polanco. Decidieron esperar a que el propietario del grupo restaurantero Rosa Negra se desplazara hacia otra zona.
Les habían ofrecido dos millones de pesos por la vida de Beaven . “Era una ejecución por encargo”, dijo luego El Alemán .
El viernes pasado el empresario, a bordo de una camioneta GMC modelo Yukon, enfiló rumbo a la terminal 2 del aeropuerto. Planeaba tomar un vuelo a Cancún, Quintana Roo. Comenzaron a seguirlo dos motocicletas y al menos tres vehículos. En una de las motos viajaba Rogelio Romero Ramírez , alias El Memín. La policía lo ubicó más tarde como jefe de sicarios de la célula del Alemán, con al menos diez hombres bajo su mando.
En la otra motocicleta se desplazaba Donovan Abraham Ortiz , un muchacho que acababa de cumplir 18 años y ya había tomado parte en una larga serie de hechos delictivos.
Poco antes de las diez de la mañana, en Circuito Interior y Transval, las motocicletas se le emparejaron a la Yukon. El Memín comenzó a disparar. En la otra moto, Donovan Ortiz trató de cerrarle el paso a la camioneta, a fin de que redujera la velocidad.
Sin embargo, el chofer de Beaven lo arrolló, y se llevó arrastrando la máquina. Mientras, el escolta del empresario, un elemento de la Defensa Nacional , abrió fuego contra él. Donovan intentó ponerse en pie, pero no lo consiguió: habría recibido impactos en el tórax, el antebrazo y la pierna.
En las inmediaciones del aeropuerto, la balacera desató una inmensa conmoción. Los atacantes huyeron, abandonando a su cómplice (más tarde, dos sujetos llegaron a la zona para preguntar por él, que ya estaba muriendo en el Hospital de Balbuena).
El Alemán escapó en uno de los vehículos que habían seguido a la Yukon. Resultó que era el mismo auto que las cámaras del C5 habían captado días antes rondando las calles de Polanco, y que el Alemán abandonó en Ciudad Neza .
Todo esto permitió que las autoridades ubicaran tres domicilios. El más importante, en City Towers Grand Park de la avenida México-Coyoacán: el departamento de lujo que habitaba El Alemán, y en donde la policía encontró tres fotografías del empresario: una en la que aparecía solo; otra, al lado de una mujer, y una más en la que se apreciaban las placas de la Yukon.
Surgió la versión de que el grupo de Geovanni Yannick Iriarte Martínez era una célula más de la Unión Tepito . Una segunda versión señaló que El Alemán se hallaba ligado al grupo de Francisco Javier Medina, Paco Pacas, al que se acusa de traficar armas que llegan escondidas dentro de pacas de ropa. De acuerdo con esta versión, Paco Pacas habría formado parte de La Familia Michoacana.
Hasta el momento, sin embargo, no hay indicios que relacionen a este grupo con ninguna otra organización delincuencial.
En otro de los domicilios cateados se logró detener a Rogelio Romero Ramírez, El Memín, quien ha sido asociado con un caso de secuestro ocurrido en 2020: un joven universitario, de 23 años, fue secuestrado a las puertas de su casa y asesinado dos días más tarde.
Se cree que El Memín realizó labores de seguimiento e intercepción de la víctima. Aunque fue detenido en el Estado de México, se le liberó poco después.
Según las autoridades capitalinas, con El Alemán, Romero Ramírez integraría un grupo que, además de ejecuciones por encargo , estaría involucrado en al menos tres secuestros en los que la víctima no regresó. “No los regresan, paguen a no paguen”, reveló una fuente cercana a la investigación.
Dos millones y una ejecución por encargo. ¿Quién la encargó y por qué?