Hace unas semanas quedó de manifiesto el gran poder que tienen las redes sociales, cuando varios internautas de todo el mundo aprovecharon las distintas plataformas para compartir algunas teorías conspiratorias sobre el paradero de Kate Middleton.
Recordemos que la actual princesa de Gales fue sometida a principio de año a una cirugía abdominal y, por lo consiguiente, fue cancelada su agenda de actividades hasta después de Pascua, según reveló Kensington Palace.
Aunque su oficina particular comentó que no daría más detalles sobre su salud, tuvo que volver a pronunciarse, luego de la ola de especulaciones que surgieron, entre ellas, que estaba muerta, que se había separado, que su cirugía abdominal había sido sólo una fachada para ocultar una cirugía estética o que había huido de Palacio por una supuesta infidelidad por parte de William con Rose Hanbury.
“Fuimos muy claros desde el principio en que la princesa de Gales estaría fuera hasta después de Pascua y que el Palacio de Kensington sólo proporcionaría actualizaciones cuando algo fuera significativo”, se lee en el pasado comunicado aclaratorio.
Incluso, días después de dicho anuncio, fue captada “sorpresivamente” por un paparazzo, quien la captó en su camioneta junto a su madre, Carole. Aunque muchos aseguraron que se trataba de una doble, otros más dijeron que su rostro lucía distinto, insinuando que se habría sometido a una cirugía plástica.
El fin de semana, la cuenta oficial de los príncipes de Gales publicó en redes sociales una fotografía de Kate con sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis. Pero esta foto, en lugar de calmar los ánimos, los encendió más, pues internautas y agencias de noticias con ojo de águila descubrieron, gracias a algunos detalles, que está editada digitalmente.
El escándalo creció de tal forma en apenas unas horas, que la princesa Kate se vio obligada a declarar públicamente que “como muchos fotógrafos amateurs” ella ha experimentado con la edición de fotografías digitales. Éste es sólo el último episodio del Kategate, seguramente habrá más de qué hablar antes de que la próxima reina consorte de Inglaterra haga su primera aparición pública.
Como sabemos, Kate no es la única royal bajo el escrutinio de seguidores y la prensa del corazón. Aquí, otros misterios reales que aún están por resolverse.
Los meses perdidos de Charlene de Mónaco
Así como ahora Kate Middleton es noticia, hace unos años esta historia ya se había contado sólo que con otra protagonista: Charlene de Mónaco.
Desde su matrimonio con Alberto de Mónaco, Charlene acaparó la atención de la prensa, al grado de hacerle sombra al hijo de Rainiero y Grace Kelly. Fue tanta la presión a la que fue sometida, que la exnadadora comenzó a padecer problemas de depresión.
Dicho padecimiento la obligó a prácticamente “huir” del Principado y refugiarse en su Sudáfrica natal o al menos es lo que se llegó a especular.
En 2021, aún en plena pandemia, después de recibir el Año Nuevo, Charlene y su marido siguieron cumpliendo con sus compromisos reales en Europa hasta marzo de ese año cuando acudieron a los funerales del rey de los zulúes en Sudáfrica.
Dos meses después, la princesa no había aparecido en público hasta mayo, cuando el Principado confirmó que había sido diagnosticada con una infección otorrinolaringológica que le impedía viajar, por lo que fijaría temporalmente su residencia en Sudáfrica.
Es aquí donde comenzaron a surgir teorías en torno a ella y a su matrimonio, el cual, desde el principio, ha sido motivo de suspicacia, pues se rumoró insistentemente que Charlene intentó huir horas antes de su boda.
Algunos especulaban que no estaba a gusto en Mónaco; que tiene mala relación con sus cuñadas y el resto de la familia Grimaldi; otros mencionaban que tenía problemas mentales y que estaba internada en una clínica, que era adicta a los medicamentos controlados; o que se había divorciado y que había abandonado a sus hijos en Europa y regresado a su casa en Sudáfrica.
Finalmente, se “confirmó” que había estado delicada de salud y regresó a Mónaco nuevamente con sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, su marido y el resto de su familia política.
El supuesto divorcio y huida de Mary de Dinamarca
A finales del año pasado explotó una bomba en la corona danesa, cuando se filtraron imágenes del entonces príncipe Federico de Dinamarca paseándose en Madrid con la mexicana Genoveva Casanova, quien estuvo casada y es madre de los hijos de Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba.
No sólo las imágenes hicieron tambalear su matrimonio, sino la historia detrás, contada por la revista “Lecturas”, responsable de dar la noticia, la cual aseguraba que habían pasado la noche juntos en el piso de la socialité, ubicado en el exclusivo barrio Los Jerónimos, que pertenece a la zona de El Retiro.
La noticia escaló a tal grado que la propia oficina de Federico salió a defenderlo, argumentando que no podrían hacer alguna declaración al respecto, pues se trataba de aspectos de la vida privada del entonces heredero al trono.
Ahí los rumores no se centraron en él, sino en su esposa, la princesa Mary, quien, tras la polémica, tomó a sus hijos y maletas rumbo a Australia, de donde es originaria, provocando especulaciones, entre ellas, que había abandonado a su marido y que pensaba en divorciarse de él para después de Año Nuevo.
Al final, todo quedó en pura especulación, pues Mary y sus hijos regresaron a Dinamarca para las fiestas de Navidad y Año Nuevo y no sólo eso, para el 31 de diciembre, su suegra, la reina Margarita, anunció que abdicaría en favor de su hijo, una noticia que tomó por sorpresa a propios y extraños, pues en incontables ocasiones la monarca aseguró que no abandonaría sus obligaciones reales hasta el día de su muerte.
Hoy, Mary Donaldson ya es reina de Dinamarca.
El pasado de la reina Letizia
Desde que se confirmó hace más de 20 años que la entonces periodista Letizia Ortiz Rocasolano era la novia del entonces príncipe Felipe de España, fueron varios los que buscaron aprovecharse de la situación, como su primo, David Rocasolano.
Fue en 2013 cuando este familiar incómodo de la ahora reina de España aprovechó la popularidad de su prima para lanzar un libro y revelar detalles del pasado de Letizia, entre ellos que había sufrido un aborto de una relación previa a su noviazgo con Felipe y que ella, en presencia del príncipe, le había encomendado deshacerse de las pruebas que la pudieran incriminar en un futuro sobre el aborto que supuestamente se había practicado.
“Si me había elegido a mí para limpiar el rastro es porque no tenían a nadie más para hacerlo”, relata el abogado en el libro “Adiós, princesa”.
Aunque la propia casa real intentó detener la salida a la venta del libro, sus esfuerzos fueron en vano, pues en abril de 2013 comenzó a comercializarse y se agotó en todos los puntos de venta.
El tema del aborto resonó en todo España pero, como todo chisme, tuvo su vigencia y después quedó en el olvido.
El más reciente, también ya olvidado —o rápidamente sepultado—, es el provocado por su enemigo jurado, el periodista Jaime Peñafiel, quien en su libro “Letizia y yo” asegura que el excuñado de la reina, Jaime del Burgo, exesposo de Telma Ortiz, hermana de la reina consorte, fue amante de Letizia antes, e incluso después, de que la experiodista se casara con el rey Felipe VI. De acuerdo con el chisme, después de este affaire, Del Burgo se casó con Telma, hermana de Letizia, para divorciarse en 2016.
El escándalo se hizo aún mayor cuando Del Burgo reafirmó los dichos de Peñafiel con varias publicaciones en redes sociales que subió, bajó y volvió a subir. ¿Entonces, el affaire fue verdad o mentira?
¿Quién es el padre de Harry de Inglaterra?
Desde el nacimiento de Harry, el hijo de la princesa Diana, se soltó un rumor que lo ha perseguido a través de los años y es que no tiene ningún parecido con el actual rey Charles III.
A mediados de los 80 y principios de los 90, Lady Di mantuvo una relación extramarital con su entrenador James Hewitt, quien le daba clases de equitación, según confesó la propia princesa.
Dichas declaraciones aumentaron el morbo de la prensa, que aseguraba que Harry tenía más parecido al entrenador Hewitt que al propio príncipe Carlos, insinuando que el menor era hijo biológico del jinete, pues ambos comparten ciertos rasgos físicos, entre ellos, que los dos son pelirrojos.
Aunque James negó en su momento dicho rumor, la prensa y el público británico tenía sus dudas sobre si era cierto lo que decía. Incluso en su libro autobiográfico “Spare”, Harry revela que desde niño su padre, el actual monarca de Reino Unido, solía hacer bromas en torno a su paternidad.
“A papá le gustaba contar historias, y esta era una de las mejores de su repertorio. Siempre terminaba con una explosión de filosofía… ¿Quién sabe si soy realmente el príncipe de Gales? ¿Quién sabe si soy tu verdadero padre?
“Se reía y se reía, pienso que era una broma muy poco graciosa, dado el rumor que circulaba en ese momento de que mi verdadero padre era uno de los antiguos amantes de mamá: el mayor James Hewitt. Una de las causas de este rumor fue el llameante cabello pelirrojo del mayor Hewitt, pero otra causa fue el sadismo”, escribió el esposo de Meghan en su libro publicado en enero del año pasado.
El príncipe Andrés, ¿abusador o no?
Él en todo momento ha negado los hechos, tanto en público y en privado, pero las acusaciones en su contra le han pasado factura al príncipe Andrés, quien es señalado de haber abusado en más de una ocasión de una menor de edad entre 2000 y 2002.
Se trata de Virginia Giuffre quien, sin titubear, ha declarado y señalado a Andrés de ser el violador que abusó de ella en complicidad del hoy fallecido empresario y presunto traficante sexual Jeffrey Epstein.
Según ha relatado la propia Virginia, los hechos ocurrieron cuando ella formaba parte de una red de trata de personas orquestado por Epstein y su amiga y socia, Ghislaine Maxwell. De acuerdo con sus declaraciones, los hechos ocurrieron en tres ocasiones: en la isla privada de Jeffrey en las Islas Vírgenes; en la residencia del empresario en Nueva York y, una tercera ocasión más, en Londres, en la casa de Ghislaine, todo cuando ella tenía tan sólo 16 años.
“No sucedió. Puedo decirles categóricamente que nunca sucedió. No tengo ningún recuerdo de haber conocido a esta dama, en absoluto”, fueron algunas de las declaraciones del hijo de la reina Isabel II en una entrevista concedida a la periodista Emily Maitlis de la BBC, en 2019.
Sin embargo, ante un posible juicio, el príncipe, por intercesión de la reina Isabel, consiguió llegar a un acuerdo millonario con Virginia, en el que se obligaba a realizar una “donación sustancial a la organización benéfica de la señora Giuffre”, según se leía en el documento de común acuerdo.
Desde entonces surge la duda de si realmente cometió los actos de abuso o no, pues prefirió llegar a un acuerdo antes de subirse al banquillo de los acusados, mientras que en Palacio le fueron retirados sus títulos militares y patronatos reales, mismos que intentó se le devolvieran a la muerte de su madre y tras el ascenso al trono de su hermano, que no consiguió, por cierto.
Hace poco, la revista “People” publicó que existe una segunda persona que lo acusa de “haberle tocado un pecho” en otra de las fiestas de Epstein, pero al ser anónima, esta declaración no tiene mucho sustento, aunque sí ha añadido leña al fuego de sus estatus como abusador.
