La legalización de Cannabis se ha extendido en muchas partes del mundo, tanto para su uso médico, como recreativo; por ello, en los últimos años, se han publicado miles de artículos sobre el uso del cannabis medicinal; desafortunadamente, la mayoría de las publicaciones son estudios de casos o proyectos de investigación pequeños y mal diseñados, esto se debe a los obstáculos que tiene la investigación científica en el ámbito de Cannabis.

En muchos países, el obstáculo fundamental para la investigación del cannabis es la legislación; un ejemplo es Estados Unidos (EE. UU.). donde, durante varios años, el consumo de cannabis estuvo prohibido para tratamientos o investigaciones médicas. Aunque la legislación federal de los EE. UU. aún se opone al uso y la investigación del cannabis medicinal, el número de estados que la aprueban sigue creciendo.

El consumo medicinal de Cannabis tiene cada día más apertura en el área legislativa, tal es el caso que México ya cuenta con un Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos, sin embargo, a más de un año de publicarse en el diario oficial, aún no se implementa, negando el acceso a terapias con cannabis a un sin número de pacientes.

La burocracia ha influido en el retraso de nuevas leyes y reglamentos que facilitan la investigación del cannabis. En México, el proceso ha sido más lento; si bien ya tenemos cambios en la ley general de salud donde se aprueba el uso medicinal del cannabis, así como el reglamento, implementar esta legislación conlleva establecer normas y lineamientos en otras áreas que complementen su ejecución.

Un segundo obstáculo es la producción y la fabricación de medicamentos, confiables y reproducibles ya que son esenciales para realizar una investigación válida que cumpla con los requisitos de los Comités de Ética de la Investigación; esto se debe a que el cannabis es una planta muy compleja compuesta por diferentes cannabinoides, flavonoides y terpenos. Las diferencias en el origen genético o las condiciones de crecimiento (temperatura, humedad, tipo de suelo o luz) conducen a diferentes composiciones del fármaco final producido. La uniformidad en la producción de medicamentos de cannabis es complicada, y la fabricación de acuerdo con las pautas de buenas prácticas de fabricación (GMP) es difícil y costosa.

Un tercer obstáculo son los medios de comunicación, que muchas veces condenan o promueven el uso del cannabis con fines medicinales o recreativos. En México, como en varios países, el consumo de cannabis con fines recreativos sigue siendo controvertido. Algunos pacientes temen usarlo debido al estigma que conlleva el cannabis como una "sustancia prohibida" o “droga”. También, a muchos médicos les preocupa que estar involucrados en un tratamiento con cannabis pueda dañar su reputación profesional. El creciente número de pacientes tratados con cannabis, está cambiando gradualmente la forma en que los médicos ven este tratamiento. Si se implementa, la investigación de calidad desempeñaría un papel esencial en la forma en que se prescribe el cannabis.

Un cuarto obstáculo es que la mayoría de los profesionales de la salud carecen de conocimientos sobre el tratamiento del cannabis, por lo que no pueden proporcionar información fiable a sus pacientes. La situación se ve agravada por la información no necesariamente precisa sobre el cannabis "medicinal" a través de las redes sociales y otras fuentes no profesionales. Para evitar esto, el plan de estudios de las facultades de medicina debe cubrir y discutir el tratamiento del cannabis en general, incluir el estudio del sistema endocannabinoide y especializarse en algunos tratamientos como para el dolor y el cáncer.

Un quinto obstáculo es la parte financiera, debido a que la investigación científica es muy costosa. Durante muchos años, las empresas farmacéuticas se mostraron renuentes a invertir dinero en proyectos de investigación del cannabis. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambio de actitud por parte de muchas grandes empresas, que están empezando a financiar estudios de cannabis medicinal.

Es importante identificar los obstáculos que se presentan en la investigación clínica, que principalmente son, la legislación, producción y fabricación, medios de comunicación, educación y financiación, ya que esto permitirá desarrollar nuevos enfoques y así mismo superar los que ya se existen.

No se debe permitir el uso médico de una sustancia aún no aprobada como medicamento ya que esto plantea cuestiones tanto éticas como legales. Mientras los resultados del tratamiento sean cuestionables, la rendición de cuentas puede ser problemática. Desde una perspectiva ética, los médicos estarían más motivados para prescribir cannabis medicinal si hubiera más investigaciones que demostraran resultados clínicos positivos.

Así mismo uno de los puntos más importantes en el reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos emitido en México, ínsita a la investigación clínica ya que es el medio por el cual puede desarrollarse la industria del cannabis medicinal, con el sustento científico que aporte resultados verídicos de las propiedades farmacológicas de los compuestos presentes en la planta de cannabis.

http://www.anicann.org/

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