El cannabis, una planta con una historia rica y compleja en el continente americano, ha pasado por una transformación significativa a lo largo de los siglos. En la última década, México ha sido testigo de una profunda transformación en la percepción y regulación del cannabis. Lo que alguna vez se mostró como un enemigo público, ha evolucionado para convertirse en un recurso terapéutico y económico. Esta metamorfosis plantea preguntas cruciales sobre la historia, los beneficios económicos y las razones detrás de la prohibición del cannabis en nuestro país.
La historia del cannabis en América Latina está entrelazada con los eventos y contextos socioeconómicos de la época. La relación de México con el cannabis se remonta a siglos atrás. Antes de la prohibición, el cannabis se utilizaba en una variedad de aplicaciones, desde medicina tradicional hasta materiales textiles y aceites. Los indígenas mexicanos conocieron bien las propiedades curativas de la planta. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, el cannabis fue satanizado y finalmente prohibido en la década de 1920, como resultado de la influencia internacional y la percepción de que su consumo llevaba a la criminalidad.
A pesar de la prohibición, el cannabis nunca desapareció de la cultura mexicana. La planta siguió siendo cultivada y consumida clandestinamente, lo que llevó a la proliferación del narcotráfico y la violencia. La "Guerra contra las Drogas" impuesta en México exacerbó este problema, cobrándose miles de vidas.
De forma similar, la historia del cannabis en América del Sur ha sido compleja y abarca varios siglos. A pesar de algunas afirmaciones erróneas, los pueblos indígenas de la región no estaban históricamente vinculados al consumo de cannabis. Esta asociación se originó más tarde, en el siglo XIX, cuando el cannabis se extendió por todo el mundo. El uso de hachís, con altos niveles de tetrahidrocarbinol (THC), ganó popularidad entre las tropas napoleónicas estacionadas en Egipto, y se introdujo en Europa, donde se debatió científicamente su uso. El THC es el principal cannabinoide responsable de los efectos psicoactivos de la cannabis.
Esta historia compleja demuestra que el cannabis ha estado vinculado a diferentes contextos culturales y sociales a lo largo del tiempo. Por un lado, se asociaba con experiencias espirituales y estados de conciencia inusuales, atractivos para ciertos grupos de la sociedad. Por otro lado, se relacionaba con comportamientos antisociales y violentos, aunque esta última asociación no se sostenía en evidencia sólida y se basaba en prejuicios.
La transformación del cannabis en México ha sido impulsada en parte por la creciente comprensión de sus beneficios económicos. La legalización de la marihuana con fines recreativos y medicinales en varios estados de los EE.UU. ha generado un mercado multimillonario, lo que ha llamado la atención de empresarios y políticos mexicanos. La creación de un mercado legal de cannabis promete una fuente significativa de ingresos para el país, lo que podría contribuir a reducir la economía sumergida y financiar programas sociales y de salud.
Además, la legalización del cannabis ha generado empleos en sectores como la agricultura, la investigación científica, la producción, la distribución y el comercio minorista. Esto no solo impulsa la economía, sino que también crea oportunidades para una generación de jóvenes emprendedores.
En septiembre de 2017, se celebró una reunión intersectorial en la que se presentó el "Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario del Cannabis y derivados de la misma". Durante esta reunión, se recopilarón comentarios de varias entidades, como el Servicio de Administración Tributaria, el ISSSTE, CONADIC, PGR, SENASICA y CONACyT. Esta reforma dio lugar al anteproyecto del Reglamento de la Ley General de Salud y marcó el comienzo de la regulación del cannabis en México. Después de noventa años de prohibición absoluta, se abrió la oportunidad de regular el uso del cannabis con finos médicos, científicos e industriales, con un énfasis en la calidad y seguridad de los productos destinados al consumo humano. Esto permitió al estado proporcionar una base legal sólida para la industria emergente del cannabis, sin embargo hasta el día de hoy, esta iniciativa aun esta en proceso de aprobación, sin tener avances significativos.
Por otro lado, se aprobó en enero del 2021, el reglamento de la ley general de salud en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos, sin embargo aun no se ha implementado debido a que se requieren cambios en la legislación existente y la coordinación entre múltiples entidades gubernamentales. En muchos casos, la burocracia puede retrasar la implementación de nuevas regulaciones.
La prohibición del cannabis en México ha sido impulsada en gran medida por la influencia de los Estados Unidos y la percepción de que el consumo de esta planta llevaba a la criminalidad y al abuso de sustancias. Sin embargo, la evidencia moderna ha desafiado estas suposiciones. Estudios muestran que la cannabis es menos dañina que el alcohol y que su prohibición ha alimentado el mercado negro, beneficiando a organizaciones criminales.
En el contexto actual, la legalización y regulación del cannabis ofrece una oportunidad para controlar y gravar su venta, reduciendo así el poder de los cárteles y desviando recursos hacia iniciativas más productivas. Además, la cannabis medicinal ha demostrado tener beneficios terapéuticos significativos en el tratamiento de enfermedades como la epilepsia, el dolor crónico y el estrés postraumático.
La transformación del cannabis en México, desde la prohibición hasta su creciente aceptación, representa un cambio significativo en la política y la cultura del país. La legalización y regulación del cannabis no solo tienen el potencial de impulsar la economía, sino también de reducir la violencia asociada con el narcotráfico y mejorar la calidad de vida de muchos mexicanos que se benefician de su uso terapéutico. Al aprender de la historia, podemos tomar decisiones informadas para el futuro, abrazando un enfoque más compasivo y pragmático hacia el cannabis en México.