El cáñamo ha sido una fuente de alimento tradicional en muchos países durante miles de años, se consumen todas las partes de la planta; las semillas, hojas, flores y extractos de cáñamo son ingredientes alimentarios tradicionales y suplementos dietéticos que han formado parte de nuestra dieta. En la era preindustrial, el aceite de cáñamo (extracto) era uno de los aceites vegetales más consumidos en la dieta humana, por lo que los extractos de cáñamo y los cannabinoides se consumían en cantidades significativas.
El cáñamo industrial (Cannabis sativa L.) es un cultivo herbáceo anual originario de Asia Central considerado como uno de los cultivos más antiguos conocidos por el hombre como fuente de papel y fibra textil, que alcanzó una especial importancia durante los siglos XVI y XVIII disminuyendo su uso de forma gradual en años posteriores. Las primeras pruebas escritas del uso de marihuana como tratamiento médico provienen de escritos chinos en el siglo 27 a.C. Se cultiva tradicionalmente en muchas regiones de Europa por su producción de fibra y actualmente se está replanteando su utilización en el tratamiento de numerosas alteraciones médicas. La búsqueda de materias primas alternativas a los derivados petroquímicos ha originado una tendencia creciente de uso de productos vegetales como fuentes renovables. Desde un punto de vista agronómico, el cáñamo se considera un cultivo de alto rendimiento que requiere pocos insumos técnicos y por lo tanto no afecta negativamente al medio ambiente siendo posible su cultivo en tierras convencionales sin utilizar agroquímicos para el control de malezas, plagas y enfermedades. Incluso, algunos residuos de cáñamo industrial pueden usarse como insecticidas botánicos dentro de programas de manejo de plagas en agricultura orgánica.
El resurgimiento del interés del cultivo de cáñamo industrial (Cannabis sativa L.) como cultivo polivalente para aplicaciones no textiles, ha ido surgiendo en México debido a la multitud de productos finales obtenidos de los diferentes órganos de la planta. El cáñamo se puede utilizar en numerosos campos agroindustriales como la agricultura, los textiles, los biocompuestos, la fabricación de papel, la construcción, los biocombustibles, los alimentos funcionales, el cuidado personal y la cosmética.
El crecimiento rápido y sostenible así como la versatilidad del cáñamo supone una gran ventaja cuando su cultivo se utiliza para usos alternativos como la extracción de metabolitos secundarios con fines farmacéuticos, medicinales y de investigación, o para desarrollar numerosos productos que pueden elaborarse a partir de la celulosa de alta calidad contenida en los tallos, los valiosos aceites esenciales y resinas que se encuentran en las inflorescencias, o a partir de las proteínas de alta calidad y aceites contenidos en las semillas.
Las ventajas de este cultivo para la agricultura no se relacionan exclusivamente con su amplia gama de productos y aplicaciones, sino también con el impacto ambiental positivo relacionado con su cultivo, especialmente por su capacidad de adaptación a diferentes situaciones de estrés entre otros.
El cáñamo industrial es un cultivo de rotura excelente que puede mejorar la estructura del suelo debido a su extenso sistema de raíces, reducir la presión de las malezas y aumentar el rendimiento del cultivo subsiguiente. Sus características agrícolas y su gran potencial como cultivo alternativo de rotación podrían mejorar la sostenibilidad agronómica y económica de los agricultores. Así mismo la resistencia a la sequía y las plagas, el buen desarrollo del sistema radicular que previene la erosión del suelo, la menor necesidad de agua con respecto a otros cultivos y la capacidad de aumentar la productividad del cultivo en combinación con otros, han animado a la comunidad científica a centrar los estudios en la bioquímica y la ingeniería genética del cannabis.
A pesar de la amplia gama de condiciones agroecológicas en las que se puede cultivar con éxito el cáñamo, requiere una especial atención en algunos parámetros fisiológicos (como el tiempo de siembra, dosis de riego o densidad de planta, entre otros), el manejo del cultivo y la selección óptima de la mayoría de cultivares adaptados en relación con el área de cultivo.
Los tratados internacionales requieren que este cultivo esté controlado por las leyes nacionales sobre drogas. Mientras que en algunos países del Mundo permiten el cultivo con una cantidad de THC inferior al 1%, en México aún no tenemos regulación que mencione específicamente al cáñamo. La regulación y la legalización del cáñamo en algunos países ha producido un efecto de reacción en cadena donde cada vez más países están tratando de legalizar el consumo y el cultivo.
Este desarrollo ha permitido que las universidades y las empresas comiencen a investigar. También las grandes empresas han comenzado a desempeñar un papel importante en el procesamiento del material vegetal y el control de la elaboración de productos a base de cáñamo. La producción de flores en Cannabis sativa L., no se ha visto como un parámetro agronómico que deba maximizarse en la agricultura tradicional, lo que ha supuesto una escasa investigación respecto a la producción y el muestreo para el análisis de cannabinoides y la distribución de estos en la planta.
Además de la producción de fibra de cáñamo, existe un interés creciente en el cultivo de cáñamo industrial para otros fines, como utilizar sus semillas para la producción de harina y aceite alimentario y su inflorescencia para extraer aceites esenciales. En cuanto a los estudios realizados sobre el contenido de cannabinoides, resina, aceite esencial de la inflorescencia y aceite de la semilla de C. sativa y sus diferentes productos, consideraron al aceite esencial de cáñamo como un producto de alto valor con un potencial de marketing. Este aceite es una mezcla compleja de muchos compuestos volátiles, principalmente monoterpenos, sesquiterpenos y otras sustancias similares a los terpenoides.
El cáñamo es la planta de la que se pueden aprovechar todas las partes vegetativas, constituyendo materia prima para una gama diversificada de productos; tiene miles de aplicaciones industriales, entre las que destacan textil, papel, construcción, medicamentos, biomasa, alimentos, cosmética, camas, plásticos, biocombustibles, entre otros.
Hoy en día, las preocupaciones ambientales y la producción multipropósito han despertado un renovado interés en el cáñamo industrial. Sin embargo, hay poca información agronómica para respaldar el cultivo de cáñamo.
México cuenta con excelentes condiciones climáticas favorables para los cultivos de cáñamo, que implicarían beneficios desde el punto de vista económico, social, cultural y ecológico, por lo que es importante implementar leyes que permitan el desarrollo de esta industria y favorezcan al país.
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