Cannabis es una planta medicinal cultivada por siglos, con fines agrícolas, industriales y medicinales, entre otros. Con el paso de los años, se convirtió en una planta prohibida, por sus efectos psicoactivos, pero esa prohibición poco a poco se está erradicando debido la legalización y sus excelentes propiedades terapéuticas.
Existen más de 550 compuestos químicos y más de 100 fitocannabinoides reportados en la literatura, los más abundantes son el Δ 9 -tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). Estos fitocannabinoides funcionan uniéndose a los receptores de cannabinoides (CB1 y CB2), así como a otros sistemas de receptores.
Hoy en día, el CBD es uno de los fitocannabinoides más investigado clínicamente y comercializado en diferentes presentaciones, la evidencia científica ha demostrado que posee cualidades terapéuticas, por lo tanto su uso debe ser controlado, debido a esto la FDA constantemente emite cartas de advertencia publica a las empresas que infringen las normas federales existentes de la Ley de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos (FDCA) sobre qué aditivos están permitidos en los productos y bajo qué afirmaciones se pueden comercializar.
El CBD ha recibido un gran interés científico, debido a sus aplicaciones médicas. Este compuesto mostró eficacia como anticonvulsivo, antipsicótico, neuroprotector, antidepresivo y ansiolítico. La actividad neuroprotectora parece ligada a sus excelentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El CBD tiene potencial como neuroprotector por lo que podría ser eficaz en terapias para el manejo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson (EP) y la enfermedad de Alzheimer (EA).
Las enfermedades neurodegenerativas representan una de las principales causas de muerte en los países industrializados y se caracterizan por una pérdida de neuronas, en regiones particulares del sistema nervioso central. El aumento de la esperanza de vida y la prevalencia de este tipo de enfermedades están creciendo rápidamente en todo el mundo. La evidencia indica que la fisiopatología de las enfermedades neurodegenerativas puede superponerse a niveles y vías moleculares, lo que lleva a la muerte celular. Se considera que el estrés oxidativo y la inflamación, que están estrechamente vinculados y son interdependientes, juegan un papel clave en la patogénesis de la neurodegeneración.
La neuroinflamación es común entre las enfermedades neurodegenerativas y se ha implicado como un mecanismo crítico responsable de la neurodegeneración progresiva.
Crear nuevas estrategias terapéuticas neuroprotectoras y antiinflamatorias para estas enfermedades es importante ya que los tratamientos convencionales actuales no detienen la progresión neurodegenerativa. El potencial efecto neuroprotector del CBD, resultante de sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, se encuentra bajo intensa investigación preclínica para su uso en numerosas enfermedades neurodegenerativas. Por lo tanto, el CBD, que carece de cualquier efecto psicotrópico no deseado, puede representar un medicamento muy prometedor.
Además, la neurodegeneración que conduce a la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer se ha convertido en una importante carga de salud pública, no solo en los países de ingresos medios y bajos, sino también en el mundo desarrollado. Entre todas las enfermedades neurodegenerativas, el 1,8 % representa la Enfermedad de Parkinson, mientras que la Enfermedad de Alzheimer representa el 12 %, con las tasas actuales que informan incidencias de enfermedades más altas en los países de ingresos medios y bajos.
Recientemente, un estudio investigó sistemáticamente la capacidad neuroprotectora del CBD contra el estrés oxidativo, así como su perfil de toxicidad en cultivos in vitro. Aunque el CBD mostró efectos tanto neurotóxicos como neuroprotectores en las neuronas del hipocampo, el uso de CBD en baja concentración (5 μM) no causó efectos tóxicos y rescató significativamente a las neuronas del estrés oxidativo, lo que confirma su capacidad de neuroprotección.
El CBD puede representar un prototipo para el desarrollo de fármacos antiinflamatorios para patologías humanas, donde la inflamación juega un papel importante.
Conocer la cascada molecular que sigue al tratamiento con cannabinoides es de vital importancia, los investigadores deben centrarse especialmente en la expresión génica para identificar objetivos farmacológicos para prevenir y reparar la neurodegeneración.
Investigaciones recientes mostraron que los medicamentos basados en cannabinoides se están utilizando en todo el mundo, aunque su seguridad y tolerabilidad en adultos mayores aún no se conocen bien. Estos datos de ensayos controlados aleatorios sugieren que los cannabinoides en general, son seguros y aceptables en adultos mayores, lo que señala el potencial del CBD para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. Además, según un Informe de la OMS, el CBD es generalmente bien tolerado con un buen perfil de seguridad, lo que enfatiza la necesidad de considerar a los cannabinoides y principalmente al CBD como un tratamiento prometedor de enfermedades neurodegenerativas.
Según los expertos en futuros ensayos se debe considerar el aumento de dosis y formulaciones con biodisponibilidad mejorada, por lo tanto, se necesitarán estudios mejor diseñados para comprender mejor si los cannabinoides son un tratamiento útil para las personas que viven con demencia. Además, aún no se han determinado muchos detalles farmacológicos, como la dosificación, la duración del tratamiento y las concentraciones de compuestos activos como el CBD.
Los resultados más consistentes, incluidos algunos recientes, se refieren a la acción neuroprotectora y antioxidante del CBD, lo que podría representar un verdadero recurso terapéutico para limitar la extensión y gravedad del daño neuronal, propio de enfermedades neurodegenerativas.
A pesar de la gran cantidad de estudios preclínicos que muestran la eficacia tanto del Δ 9 -THC como del CBD, son relativamente pocos los ensayos clínicos bien diseñados que se han llevado a cabo con estos compuestos.
Los fitocannabinoides llevaron a la humanidad a descubrir uno de los sistemas de señalización endógenos más complejo, el sistema endocannabinoide, el cual es objeto de estudio para desarrollar nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.