El Banco Mundial (BM) presentó su informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial (GEP, por sus siglas en inglés) para 2021. El BM estima que este año la economía mundial tendrá una recuperación y el PIB mundial crecerá en alrededor de 4%, suponiendo que la distribución inicial de las vacunas contra el Covid-19 se amplíe a lo largo del año. Sin embargo, el BM señala que lograr esa recuperación de la economía mundial implica controlar la pandemia y que los encargados de la formulación de políticas apliquen reformas que aumenten las inversiones.

Los datos recientes sobre el incremento de personas contagiadas de Covid-19 en muy diversas regiones del planeta, con presiones notables en los sistemas de salud, dan cuenta de las notables dificultades para alcanzar el control de la pandemia. En esta materia, la aplicación de las vacunas agrega incertidumbre, en tanto se observa que será un largo camino con resultados positivos relevantes una vez que gran parte de la población haya recibido el medicamento.

Las cifras sobre el comportamiento de la economía en 2020, aún cuando tienen una ligera corrección al alza, informan sobre una notable caída. Hay diferencias importantes, pero en todo caso es claro que la debilidad en el crecimiento económico observado desde hace años en un amplio e importante grupo de países se profundiza significativamente. Se estima que las economías avanzadas decrecerán en 5.4%, con los países de la zona del euro registrando una disminución en su PIB de 7.4%, una cifra negativa que se agrega a un muy pobre desempeño de años pasados.

En América Latina, la caída del PIB se estima en 6.9%, con una reducción en Brasil de 4.5%, en Argentina de 10.6% y en México de 9%. Es un año más de un nuevo periodo de pobre crecimiento económico. La CEPAL destaca que, de 2014 a 2019, el crecimiento de la región fue de 0.3%, inferior al aumento de la población. La recuperación estimada para 2021 no modifica la tendencia al débil crecimiento en gran parte de los países de Europa y América, más allá de la inflexión provocada por la modificación en el desempeño de las economías como consecuencia de la pandemia. La OCDE, en su informe sobre perspectivas de la economía mundial de diciembre de 2020, observa que el comportamiento del PIB en los años siguientes se modificó a la baja con relación a la tendencia observada hasta 2019, aun considerando el escenario más positivo para enfrentar la pandemia y propiciar el crecimiento económico.

En la presentación del informe GEP, el presidente del BM, David Malpass, afirmó que los encargados de la formulación de las políticas públicas enfrentan, al tratar de asegurar que la recuperación económica aún frágil cobre impulso y de paso a un robusto crecimiento, desafíos considerables en materia de salud pública, gestión de la deuda, políticas presupuestarias, banca central y reformas estructurales. El BM considera que, en adelante, entre otros hechos, es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial y aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos.

En suma, hay que dar continuidad a las políticas económicas ejecutadas desde hace décadas, lo que implica, según esta perspectiva, tener en cuenta la necesidad de la consolidación fiscal, de las posibles dificultades que para muchos países implica la deuda pública y, por tanto, del escenario de nuevas medidas de austeridad. Al identificar los desafíos en materia de política económica, el BM insiste que en el largo plazo se necesitan reformas estructurales para revertir las cicatrices económicas de la pandemia y estimular el crecimiento de la productividad.

En el mismo documento, el BM observa que se está ante una posible década pérdida. Como señalo en líneas previas, son varios años con un débil crecimiento en muchos países, pero más grave es que existe una consistente caída en la inversión, que está ampliamente documentada en el propio informe del BM. Aun cuando las empresas operan con notables beneficios, ello no implica aumentos en la formación de capital.

Durante 2020, a partir de que los bancos centrales aplicaron diversas medidas de compra de activos financieros, los mercados bursátiles y algunos otros mercados financieros registraron importantes ganancias, a la vez que la inversión siguió cayendo. Son años en que está operando una economía que produce beneficios para unos cuantos, que no se canalizan a la ampliación de las capacidades de producción.

La pandemia no creó este comportamiento de la economía, pero lo exhibe con contundencia, mostrando que su continuidad implica débil crecimiento, ampliación de las desigualdades sociales y destrucción de la naturaleza como el medio para mantener las ganancias para unos cuantos.

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Twitter: @GregorioVidalB

Google News

TEMAS RELACIONADOS