No tuvo que pasar ni un año para que el golf colombiano volviera a tener otra gran alegría en el PGA Tour. En la madrugada del domingo 27 de octubre, Nicolás Echavarría, en Japón, levantaba los brazos y se declaraba como una “persona feliz”, luego de festejar para Colombia el octavo título en la máxima gira del golf mundial.
El paisa, quien había disfrutado de un 2024 con puntos muy altos, incluidos el debut olímpico y un Top 10, materializó todo el trabajo realizado junto a su equipo y encontró esas sensaciones ausentes durante algunos eventos, para convertirse en el nuevo campeón del ZOZO Championship, un certamen que ha visto festejar a varias de las máximas figuras del golf, incluyendo Tiger Woods.
Lo de Nicolás Echavarría no fue casualidad, pues semanas antes de viajar a Chiba, Japón, afirmó que necesitaba más competencia para afinar esos detalles que lo habían alejado de la pelea por los títulos, y era consciente de que su trabajo lo estaba llevando por el camino correcto. No fue cuestión de suerte.
En Japón, que aún tiene en la memoria a ídolos del golf colombiano como Eduardo Herrera y Camilo Villegas, Nicolás brilló con luz propia pegando golpes imposibles desde el rough, salvando pares cuando debió hacerlo, embocando águilas que le dieron aire en el momento justo y encontrando ese estado mental, físico y emocional que sólo conduce a un triunfo.
Una vez más, hubo un mensaje previo de Camilo Villegas, su ídolo, un mentor y, ahora, un gran amigo. Una vez más, su equipo y su familia lo siguieron a la distancia, a través de la aplicación o la televisión, cuando lo mostraban, para intentar transmitirle la mejor energía, mientras el colombiano, acompañado por Claudia, un soporte fundamental en cada paso, dejaba en el camino a varios exnúmero uno, sorteaba los errores y aprovechaba las oportunidades, mentalizado en una sola cosa: El triunfo. Una vez más, hubo nervios, tensión, que supo aguantar, pero —esta vez— todo volvió a fluir.
A sus 30 años, Nicolás Echavarría ha ido cumpliendo varias de las metas que se ha propuesto y, aunque todavía tiene muchos objetivos por alcanzar, en cada paso que da tiene claro a dónde quiere ir, sin dejar de ser ese niño de Medellín que se inspiró al ver a Camilo Villegas triunfar en el PGA Tour y siempre piensa en ayudar a esos que le piden una mano, sabiendo que —en este país— aún queda mucho por hacer y que, en este deporte, hay mucho que aportar.
Federico Arboleda
Periodista colombiano / Nación Golf
@naciongolf