¡El mejor debate es el que se hace!
El domingo pasado fuimos testigos del segundo encuentro entre las personas que aspiran a ocupar la presidencia del país y con ello tuvimos la oportunidad de ver la capacidad de reinventarse de dichas personas, pero ello va más lejos. Fuimos testigos de la capacidad de corregir y reinventarse del INE.
El primer ejercicio fue, por decir lo menos, una prueba del trabajo y de la comprensión de los formatos, logística de organización y, sobre todo, de las estrategias de las candidaturas para posicionar y contrastar proyectos. Guste o no, este segundo debate mejoró en los aspectos relacionados.
Este debate puede analizarse desde dos visiones: 1) el INE y su trabajo; y 2) el desempeño de las candidaturas.
El gran ganador del segundo debate presidencial fue el INE, en concreto, la Comisión Temporal de Debates. Tomaron nota y ajustaron las piezas que habían faltado en el primer ejercicio y lo mejoraron. Hoy reconocemos que hubo apertura para escuchar las disidencias y atender aquello en lo que se podía mejorar.
Después del primer debate hubo quejas del formato, el uso de las bolsas de tiempo, de la producción y hasta de los tiros de cámara. El Instituto y, en particular la Comisión Temporal, tuvieron a bien escuchar las quejas y atenderlas. Recordando a las candidaturas que debían presentarse a los ensayos para que se familiaricen con los formatos, la administración de los tiempos y todos los detalles de la producción. Así, no debemos olvidar que los debates son per se programas de televisión que se transmiten a nivel nacional.
Por ejemplo, el tan polémico tema del cronometro -fallo de la casa productora contratada-, ahora no se presentó y cada candidatura tuvo su propio cronometro, aunado a que las tomas de cámara fueron mejores y permitió ver mejor a los candidatos cuando estaban en uso de la voz, además, del perfeccionamiento de la producción en general. Pero, ello todavía tiene una ventana de oportunidad para mejorar la iluminación del escenario y de las personas candidatas.
Mención especial merece la ventana de oportunidad respecto del servicio de internet contratado para la sala de prensa. La empresa que prestó el servicio deberá hacerse cargo del incumplimiento del servicio brindado. Este será un pendiente.
Respecto del segundo aspecto cabe destacar que se notó una mayor comprensión del formato y, sobre todo, del manejo de la bolsa de tiempo. En esta ocasión se notó que hubo estrategias hasta para la administración de sus tiempos y de las propuestas que se presentaron hasta de la forma o no de contestar.
No obstante, queda el gran pendiente de avanzar en la inclusión de la participación ciudadana. Si bien es cierto que en los formatos A y B se utilizó una dinámica que incluyó preguntas de las y los mexicanos, hace falta un verdadero compromiso por contestar sus inquietudes. Fuimos testigos de cómo hubo preguntas que no fueron contestadas, por ejemplo.
En el tercer debate no habrá participación de las y los ciudadanos. Veremos si se nota la falta de este mecanismo y se falta impulsar más la moderación activa.
Finalmente, hay una preocupación que ha surgido en relación con los debates. Una parte considerable de las ONG´s y de la Asociaciones Civiles se han manifestado en contra de la carga de estos ejercicios, señalando que en algunos casos tenemos hasta seis ejercicios de esta naturaleza multiplicados por dos o tres veces.
En la CDMX, por ejemplo, se pueden llegar a realizar para diputaciones locales, alcaldías y Jefatura de gobierno, más los tres presidenciales, de senadurías y diputaciones federales.
Contrario a ello, habría que decir que los debates son un ejercicio que permiten el ejercicio del voto informado. Que coadyuva al electorado a que decidan con información suficiente y con claridad de los proyectos que se presentan.
En suma, se puede decir que el mejor debate es aquel que se realiza. Es preferible debatir que no tener información.