Acaso no les basta con amenazar el libre sufragio, la libre expresión y ahora también quieren sacar las uñas contra la libertad religiosa de creer o no creer, en lo que se nos pegue la gana.

No deben olvidar que usar el pasado puede ser un “boomerang” que les estalle en la cara. Como el fundador del viejo PRI, Morena, ahora va contra la iglesia católica.

Forzar un homenaje de la fundación de Tenochtitlán con un “videomapping”, (perdón el anglicismo, pero los organizadores no encontraron una manera más autóctona y originaria de festejar), con la Catedral Metropolitana de la CDMX como pantalla de cine, para proyectar una leyenda a favor del aborto, es algo más que una provocación.

Personalmente creo, reconozco y acepto que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, y me indigna más el aborto laboral del que ayer informó EL UNIVERSAL, al perder 87 mil empleos por falta de certidumbre. Pero ¿acaso una religión no puede opinar del aborto? ¿De plano un credo religioso no puede tener un particular sentido, percepción y tutela de vida? El aborto está jurídicamente resuelto; además, el letrero impactado sobre la Catedral, sobre el aborto está en castellano, luego entonces, México nació con el mestizaje entre pueblos originarios y su grandeza, y españoles que llegaron al territorio americano.

Deformar la historia, hacer del pasado una bandera política, es el recurso del gobierno mediocre, el fácil teatro del inútil desesperado, el montaje bobo: remitente redactando una carta cuando él mismo será destinatario. Pronto tendrá que tragarse sus palabras.

El obradorismo es maestro al recurrir a épocas antiguas, daba lecciones del pasado, invocó como augures históricos para herir a sus adversarios, lo mismo a Hernán Cortés que a Lucas Alamán, Santa Anna, Benito Juárez, Porfirio Díaz, Carlos Salinas o Felipe Calderón y, por supuesto, García Luna.

Pero el boomerang de invocar a la historia está regresando. Lo afirma el gobernador de Tabasco, Javier May de su antecesor el gobernador Adán Augusto López, con un presunto delincuente buscado internacionalmente. ¡Es culpa del pasado! ¿Repararon que en junio de 2006, cuando gobernaba Vicente Fox, la entonces PGR lo detuvo, sí, a Hernán Bermúdez Requena? La historia da vueltas.

Vamos a un ejemplo actual e internacional de los socios de Morena. El martes pasado el dictador cubano, heredero del castrismo, Miguel Díaz-Canel, cesó fulminantemente a Marta Elena Feitó de su cargo de ministra del Trabajo, porque dijo, en el Parlamento, que no existen los mendigos en Cuba, expresó literal: “Cuando usted le mira las manos, le mira la ropa que llevan esas personas, están disfrazadas de mendigos, no son mendigos. En Cuba no hay mendigos”. El presidente la corrigió, aceptó “que son expresiones de la desigualdad” y lo más sorprendente, acusó implícitamente al pasado: son “problemas acumulados que enfrentamos”. Cómico sino fuera trágico. El castrismo llego al poder (procedente de Tuxpan, Veracruz, por cierto) antes de que naciera Díaz-Canel, y, ahora tienen la desfachatez de admitir que la revolución “no puede dejar a nadie atrás” (La Jornada, ayer). Castro dejó atrás a su infancia, pervirtió a sus jóvenes con dádivas del bienestar desde el Estado, prostituyó a su sociedad con discursos de salud y educación de calidad por todo el mundo, y… resulta que sí hay mendicidad en Cuba.

La historia se le echará encima al obradorismo, a su primer piso y a su segundo piso, porque sus cimientos son una mentira, no son memoria luminosa, son memoria selectiva y rencorosa.

Diputado federal

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