¿Un anuncio basta? ¿Con poner la primera piedra ya está listo el edificio? ¿Anunciar es gobernar? Porque lo dijo la presidenta delante de la Piedra del Sol y empresarios, ya lloverán miles de millones de dólares. ¿Otra vez la varita mágica presidencial como en el viejo PRI? Anuncios de ocasión sexenal. La publicidad puede ser engañosa.
El anuncio del Plan México transformó a la presidencia de la República en una plataforma de marketing capitalista con bombo y platillo, y a la izquierda mexicana en hilacho ideológico, porque se colgaron medallas de inversiones programadas, reinversiones privadas, pago de deudas entre particulares, mandatos fiduciarios, contratos entre personas, dinero-ficción que correrá en el mercado y, al mismo tiempo, preparan y defienden con “fiereza neoliberal”, una nueva edición del Tratado de Libre Comercio en Norteamérica, obra inicial de Carlos Salinas Zurda mexicana ambidiestra.
Anuncian un plan un día después de gritar “logros” en el zócalo; y al mismo tiempo, hacen foros para construir el Plan Nacional de Desarrollo que ordena la Constitución. En el Museo de Antropología, el secretario Ebrard dice que ese plan es la “carta de navegación” para hacer de México una potencia económica; y en el Museo de la Ciudad de México, ¡el mismo día!, la jefa de gobierno Clara Brugada, dice que el plan constitucional debe fortalecer al ejido, porque ha sido fundamental para la vida de muchos campesinos, y “se tiene que ver con perspectiva de derechos y justicia social”. Lo que eso signifique. ¿La Asociación de Bancos atenta a la presidenta, autorizarían préstamos a pequeños productores con garantía en ejidos o tierras comunales, como sugiere la Jefa de Gobierno? Estrabismo económico.
El Plan México se presentó sin el secretario de Agricultura, pues andaba en Sinaloa. ¿Se piensa alcanzar la meta de ser la décima economía global sin el campo mexicano? Julio Berdegué tambien hablaba del otro plan, el que establece el artículo 26 de nuestra maltrecha Constitución, y prometió “tecnificar” 94 mil hectáreas en el sexenio. ¿Las exportaciones agrícolas mexicanas no forman parte del Plan México? ¿O quieren apartar del Plan México, voces como subsidios, precios de garantía, maíz transgénico, deudas al campo, etc.?, para que no lo escuchen los oídos de los dueños del capital. ¡Con la deuda al campo (y a Pemex) hemos topado!
Si acaso quieren coordinación Estado y particulares ¿cuál es la novedad?, eso se llama asociación público-privada (aunque ahora le digan economía “mixta”). Existe una ley que regula esos negocios, desde hace más de diez años, reglamenta proyectos al detalle, propuestas “no solicitadas”, concursos, adjudicación, procedimientos de negociación, e incluso causas de expropiación. Anunciaron, pues, procedimientos legales donde el Estado juega con ventaja (en energía por ejemplo), y le cantaron “un tiro” a China, para no enojar en la bienvenida a Donald Trump. ¡Qué bonito! ¡El truco publicitario digno de Luis Videgaray!
Todo mundo lo sabe: lo importante es el “entorno de los negocios” (le llaman los patrones). ¿Favorece al clima económico tumbar jueces y, poner otros, designados por tómbola y en una elección de votos acarreados? Altagracia Gómez dijo que para invertir, producir, consumir, vacacionar, estudiar y trabajar “mejor en México”. ¿Las inversiones extranjeras prefieren un juez “hecho en México” o un arbitraje en Nueva York o Houston? Quieren “contenido nacional”, pero la nueva agencia de aranceles trumpiana quiere “contenido gringo”. Ni modo, hay anuncios más creíbles.
El anuncio es espectacular pero sólo eso. Como hicieron en la tribuna del Senado el fin de año, alardearon con denuncias penales por robo de dinero público, con papeles y todo el divertimento de una buena publicidad; o como el cuento del gobierno de Morelos contra el anterior gobernador. Morenistas anuncian y se denuncian contra morenistas. Anuncios por doquier. La publicidad puede ser perjudicial para la salud: come frutas y verduras.
Diputado federal