Construidos a partir de situaciones diferentes, entre los planteles de los solamente se asoma una característica que pudiera cargarse en favor de uno para conseguir el título. La experiencia en finales de la mayoría de los jugadores con los que cuenta Ariel Holan puede pesar en momentos clave de la serie por el título. Esto, sin quitarle mérito a lo que han hecho los jóvenes del Atlas, que dirigidos por Diego Cocca han logrado construir una personalidad dentro del terreno de juego.

Sin embargo, y por más que pueda agradar la manera en que los Rojinegros se paran sobre el terreno de juego, el León podría tener hasta ocho jugadores que fueron titulares hace casi un año cuando vencieron en la final a los Pumas. Salvo Pedro Aquino (hoy con América) y Nacho González, retirado), el resto de los posibles titulares tiene experiencia en estas instancias. Vaya, saben lo que es ganar un campeonato y hasta saben lo que es perderlo (por la final en 2019 en la que cayeron ante los Tigres).

A partir de esto, también será importante el trabajo de Cocca para encaminar esa juventud y hambre de romper la maldición de 70 años sin título de Liga, hacia el mejor rumbo. El Atlas tiene un promedio de edad de 25.7 años, mientras que el del León es de 29 años. Algunos elementos de los Rojinegros nunca habían estado en una final, es más, hay quienes ni siquiera habían nacido cuando este equipo jugó la final (1999) contra el Toluca.

Por supuesto que es un punto a considerar, aunque no es la más grande condicionante que puede tener este tipo de partidos en los que se juegan el campeonato.

Ambos planteles, ambos clubes, se juegan cosas importantes a su nivel, realidad e historia. Por parte de los del Bajío, la opción de volver a igualar al Cruz Azul con nueve títulos de Liga , además de anotarle otro éxito a Jesús Martínez hijo, quien siempre tendrá la necesidad de demostrar que ya no vive pegado a la figura de su padre. Por el lado de los atlistas, es romper con la seguía de décadas sin poder lograr un campeonato, que curiosamente en aquella temporada 1950-51, se presentó después de que los Rojinegros vencieron a Chivas en el clásico tapatío y el León perdió en Veracruz (1-0). Las mismas instituciones peleando por la corona, aunque ahora enfrentados de manera directa en la final.

Desde la teoría, no es para nada una final mediática. Incluso el hecho de qu e la ida solamente se vea por televisión restringida le quitará la atención que deberían merecer los que han sido los mejores equipos de la Liga MX en el último semestre. Sin embargo , será una final bien jugada, disputada y con mucha pasión dentro y fuera de la cancha. Pasión que debe ser bien encaminada para evitar episodios de los cuales se puedan arrepentir. Estilos diferentes y estadísticas muy parejas, con la experiencia en finales de los esmeraldas como la única ventaja que se puede resaltar. Ahora, de ahí a que hagan pesar esa experiencia, tendremos que esperar para saber qué tanto marcó diferencia al final de cuentas.

@gvlo2008 - gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

 
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