Entre mala planeación, grillas, fuga de talentos y desconcentración de los deportistas mexicanos en sus competencias, el elevado y hasta desmesurado pronóstico de Ana Gabriela Guevara, directora de la Conade , de que México conseguiría 10 medallas en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 , parece quedar lejos.
Y eso que la actividad había empezado de manera esperanzadora con el bronce del mixto en tiro con arco de Alejandra Valencia y Luis Álvarez. Sin embargo, pasó un par de días de frustración y comenzaron a acumularse fracasos, como en el trampolín sincronizado femenil y la plataforma varonil en clavados, el taekwondo , y hasta el mismo softbol, del que tanto se habló por la manera en que se desarrolla este deporte y no lo logró.
No se trata de carroñear a los atletas, mucho menos cuando la mayoría de quienes se han señalado que no pudieron hacer buenos los pronósticos eran “esperanza de medalla” ; casi casi, nos decían los expertos en el inmaculado deporte amateur, que estaban seguras, al menos, dos más.
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La realidad está más cargada hacia el pronóstico de Carlos Padilla Becerra, presidente del Comité Olímpico Mexicano, quien a diferencia del discurso populachero de Guevara, habló de cinco medallas, una cifra más apegada a la realidad y que tampoco haría menos a la delegación. Todavía quedan opciones en los clavados, por ahí en atletismo, en la gimnasia con Alexa Moreno, pero lo que ha sucedido hasta hoy ha sido hasta desalentador, incluso con el bronce de Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez en los sincronizados femenil en plataforma. Y sobre todo de un caso en especial:
Lo del taekwondo fue un golpe duro a un deporte que no había fallado en dar medallas desde los Juegos de Sidney 2000, cuando Víctor Estrada obtuvo la presea de bronce en la categoría de +80 kg. Para la justa de Tokio, solamente clasificaron dos representantes, Carlos Sansores (+80 kg) y Briseida Acosta (+67 kg), quienes habían tenido grandes resultados en los Campeonatos Mundiales de 2019, pero que en los Olímpicos ni siquiera gozaron de las bondades del sistema de competencia de este deporte, y no lograron clasificar al repechaje. Duro golpe, durísimo, que nos tiene que hacer reflexionar respecto a la labor de quienes dirigen esta disciplina, más cuando ves que en esta fuga de talento que ha habido de nuestro país, debido a la manera tan asquerosa como se maneja el deporte federado, un entrenador como el también medallista olímpico (plata en Atenas 2004) Óscar Salazar consiguió dos medallas de bronce siendo entrenador del equipo egipcio.
Por eso más que hablar de pronósticos, las autoridades deportivas del país deberían hablar de planes de trabajo, de seguimiento al talento y de poner un alto a la corrupción. Esa es más su labor que andar diciendo cuántas medallas se ganarán, aunque, claro, es más fácil salir a los medios a prometer, que estar detrás de un escritorio realmente haciendo para lo que se les paga.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx