Como si fuera una “guerra”, mal entendida —por supuesto— y encabezada por la propia . Después de una serie de requisitos para que los periodistas que viajarían a la cobertura fueran acreditados, apareció Christian Roque, jefe de prensa de la organización, y vía WhatsApp —cuando los reporteros ya estaban en San Salvador — les anunció que todas las acreditaciones para medios mexicanos estaban rechazadas, a excepción de Televisa y Azteca , por ser tenedores de derechos de transmisión.

Antes de esto, el señor Roque pidió a los medios —para acreditarse— que sus reporteros designados a cubrir el partido enviaran cartilla de vacunación contra Covid-19, además de una prueba PCR con resultado negativo, para poder ingresar al país. En EL UNIVERSAL Deportes se cumplió con todo y, ya con nuestro enviado especial en El Salvador , Édgar Luna, con gastos cubiertos de avión, hotel y viáticos, este personaje negó la acreditación, alegando que es por medidas por pandemia, algo totalmente mentiroso, ya que el periodismo salvadoreño sí tiene accesos y el estadio estará con más de 35 mil personas.

Lo peor es que el correo en el que explica por qué se negaron las acreditaciones es confuso, contradictorio, muy lejos de una explicación profesional y tratando de sacudirse la responsabilidad, argumentando que es por una cuestión de derechos.

Pero no solamente eso, sino que el señor Roque , seguramente avalado por el presidente de la Federación, Hugo Atilio Carrillo Castillo, ha permitido un terrible trato y atención a la prensa mexicana. Otro ejemplo fue cuando este señor anunció una hora para ingresar al estadio Cuscatlán, con el objetivo de ver los primeros minutos del entrenamiento de La Selecta, y —con muy mala leche— abrieron más temprano de lo avisado para que los medios no pudieran tener material. Coartar la libertad de prensa fue el común denominador de este abominable personaje, que maneja la información a su antojo, sin aceptar la presencia de los reporteros mexicanos.

Horas después, y tras enterarse de la situación, el jefe de prensa de la Selección Mexicana, Israel Márquez , intervino y —tras entablar comunicación con su contraparte salvadoreña— se liberaron algunas acreditaciones para medios mexicanos. Entonces, ¿se podía o no se podía? Es un acto tan retrógrada que debería llamar la atención de las autoridades de la Concacaf, ya que si desde un inicio hubieran informado que no habría acceso, se entiende y punto.

Víctor Montagliani, presidente de Concacaf, debe intervenir. Es una falta absoluta de respeto y un terrible antecedente que dejan los salvadoreños. Insisto, esto no es una guerra, y aunque ellos lo entiendan así, mejor que el alto venga desde la oficina de la presidencia de la Concacaf, porque San Salvador parece terreno virgen, donde la ilegalidad en el futbol puede aplicarse sin que nadie haga maldita la cosa.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

 
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