tiene enfrente otra “final” contra Estados Unidos, porque este juego que viene hay que tomarlo así: es todo o nada para México. Si la Selección Nacional pierde este jueves, otra vez, contra el equipo de las barras y las estrellas, ya no habrá poder alguno que lo rescate, el argentino se tiene que ir.

Ya libró cuatro veces la guillotina: la final de la Nations League, la final de la Copa Oro, la derrota contra los estadounidenses en la eliminatoria y la caída ante Canadá, también en el octagonal. El trabajo de Martino ha sido deficiente desde el año pasado, no se entiende qué ha hecho después de lo miserable que ha jugado la Selección y los resultados adversos. El equipo —en el campo— se nota desconfiado, sin armonía. No ha logrado resolver problemas desde la portería hasta el ataque. En lo único que no ha fallado es en ignorar a futbolistas que están en mejor nivel que los del “Club de Toby”.

No ha sido, por mucho, el oasis que imaginaba el entrenador cuando firmó su contrato. Seguro, le vendieron a una Selección Mexicana prácticamente invencible, al GIGANTE DE LA CONCACAF , y nada que ver. Los dirigentes —a su vez— compraron espejitos que han salido bastante caros, se dejaron llevar por el gran cartel del argentino en la MLS y su paso por la selección argentina y el Barcelona de España, en donde no sucedió gran cosa bajo su dirección técnica. Martino y su base de jugadores han encontrado una seria y superior competencia en las selecciones del área, en especial Estados Unidos y Canadá.

El estratega no imaginó este complicado panorama, que lo tiene a nada de perder todos los privilegios de entrenar a una Selección como la mexicana.

Quiero retomar unas acertadas palabras de Francisco Palencia, en entrevista para el programa “Los Campamentos”, de W Deportes, en donde tengo la fortuna de participar. El exseleccionado nacional, frontal como siempre ha sido, dijo que “la culpa no es de los jugadores. Te diría que el Tata Martino hizo lo mismo en Barcelona, teniendo un gran plantel... No creo que sea coincidencia”.

Cuestionó, además, lo benévolos que han sido con el proceso de Gerardo Martino ante los malos resultados, pues aseguró que ya hubieran corrido al técnico si fuera mexicano. El argentino tiene las horas contadas, pero seguir depende de sí mismo, ya si no aprovecha esta gran oportunidad...

La obligación de México es ganar, no hay de otra; evitar un tercer Aztecazo. La apuesta debe ser por los tres puntos.

Ojalá que en el campo se vea un cambio de actitud del equipo, pues en las horas previas —en voz de Raúl Jiménez— dice que no lo toman como revancha, porque las humillaciones fueron el año pasado. ¡Dios mío, qué tibieza! Sí es para estar preocupados.

@elmagazo

 
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