Los “grandes” fallaron en su presentación. Mayúscula decepción. Paupérrimas actuaciones, que dejaron muchas dudas de lo que pueden conseguir en la competencia. El desastre que vimos no tiene excusas. Tuvieron su tiempo de pretemporada. Sólo es culpa de ellos no haberla aprovechado y que no vengan con el asqueroso argumento de la falta de jugadores o refuerzos.

Cruz Azul, América y Pumas ofrecieron juegos indignos. No respondieron a lo que se esperaba en su debut liguero. Su afición quería, por lo menos, ver algo importante que la ilusionara, pero tristemente no tuvieron el nivel para responderles. No es que sea radical; simplemente, a los llamados “grandes” hay que exigirles desde el día uno, para que no se acomoden y convivan como medianos.

Inexplicable que Larcamón, la nueva deidad celeste, que llegó para hacerlos campeones, haya salido temeroso contra Mazatlán, con una línea de tres centrales para cubrir a un delantero; además, pésimo funcionamiento del equipo. Cruz Azul se vio tan mal, que terminó el partido entre abucheos y con gritos de los aficionados pidiendo el regreso del técnico Vicente Sánchez.

Pumas no tiene perdón. La mala planeación durante la pretemporada culminó con un monumental ridículo en Torreón, frente a un equipo que debería jugar en Segunda División. Lo del joven guardameta, culpa del que lo puso y del propio jugador, por no estar en condiciones. América terminó arrinconado frente a los Bravos. La frontera nos mostró a unas Águilas endebles, por momentos asustadas, y pidiendo la hora.

Fatal comienzo. Si así van a andar (y falta que aparezca Chivas), campo libre para que cualquiera les pase por encima.

@elmagazo

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